La ardua tarea de los efectivos contraincendios y la historia de un supuesto pirómano tras salir de la cárcel confluyen bajo la poética mirada cinematográfica del artista coruñés Oliver Laxe en Aquilo que arde. Una perspectiva en la que al director, actualmente inmerso en los trabajos de rodaje de la cinta en Os Ancares, -donde vivieron sus abuelos- "no le toca juzgar".

"Es una película sobre el fuego y de la soledad en el rural. Es mi primer largometraje hecho en Galicia", aseguró Laxe, al comenzar a grabar en marzo. Este trabajo cinematográfico que Laxe prevé estrenar en 2019 recogerá el paso de todas las estaciones.

El cineasta, premio de la Crítica del Festival de Cannes en 2016 y autor (entre otras cintas) de la aclamada Mimosas, recibió visita del conselleiro de Cultura, Román Rodríguez ayer en Navia de Suarna, donde actualmente prosigue la labor de filmación con su equipo.

No es un lugar extraño para el cineasta coruñés nacido en París. De hecho, en Os Ancares estaba la casa de sus abuelos paternos y unas instantáneas del artista ya fueron objeto de una exposición a finales del año pasado en la que recordaba la impronta luguesa de sus antepasados. Allí se gestó el universo que ahora vuelve a estar de actualidad como escenario de su nueva película.

Aquilo que arde continuará su filmación durante todo el verano por varias localizaciones de la comarca de Os Ancares y de otros puntos de Galicia.

Este año, en el festival OUFF de Ourense ya pudieron verse unas primeras imágenes grabadas durante varios días de convivencia en 2017 con la brigada antiincendios del municipio ourensano de Toén.

La Axencia Galega das Industrias Culturais (Agadic) aportó financiación a este nuevo proyecto de Laxe, que fue presentado por la productora compostelana Miramemira en 2016, con 209.109 euros. Se está grabando íntegramente en gallego. De hecho, la idea de la película surgió a partir de una iniciativa del Máster en Documental de Creación de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, con la que colabora Oliver Laxe.