Francisco Javier reside en Madrid, aunque tiene familia en As Neves. Hace poco tiempo su padre sufrió una operación cuyo resultado era incierto. En el mismo hospital pidió a Santa Marta que si su padre se curaba, en la romería de este año iría en una caja fúnebre durante la procesión. Aunque los médicos no se fiaban de la recuperación, el resultado fue milagroso, de los 35 días que se esperaba estuviese ingresado regresó a casa a los 15.

Esa es una de las historias de vida de la romería de Santa Marta Ribarteme, que ayer llevó a seis o seis personas a introducirse en féretros para ser portados en la procesión, un rito al que se le atribuye quinientos años de antigüedad, con el que se agradece a la santa el haber intercedido en un a curación que de otro modo difícilmente podía producirse. La procesión contó con ocho ataúdes, de los cuales dos fueron cerrados, pero también ofrecidos por asistentes.

'Xeonllos' en carne viva

La romería, a la que ayer asistieron miles de personas llegadas de todas las partes de Galicia, también llevó a devotos amortajados que hicieron el recorrido procesional de rodillas dejando, al menos en un caso, los " xeonllos" prácticamente en carne viva.