La primera ministra británica, Theresa May, y el príncipe Guillermo, nieto de la reina Isabel II de Inglaterra, conmemoraron el centenario de la batalla de Amiens, en la que participaron los británicos y cuyo resultado contribuyó a decidir el curso de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). May y el duque de Cambridge fueron recibidos a la entrada de la catedral de Notre-Dame de Amiens (norte de Francia) por la ministra francesa de Defensa, Florence Parly.

La primera ministra británica destacó en su intervención en la ceremonia que el efecto de Amiens fue más moral que territorial, porque fue el momento en que Alemania se dio cuenta de que su ofensiva no iba a significar la derrota de los aliados.

May subrayó que recuerdan "con profundo respeto a todos los que sirvieron en ambos bandos en el campo de batalla" y agradeció que su valentía "condujera a lo que el mundo había ansiado durante tiempo, que las armas finalmente enmudecieran".

El duque de Cambridge dijo por su parte que sin esa batalla en la que "las fuerzas de muchas naciones se unieron para combatir" la victoria de los aliados en la Primera Guerra Mundial "habría sido imposible". "Amiens simbolizó la entente cordiale, la cooperación sin la cual la victoria habría sido imposible. Es totalmente apropiado que esta misma coalición se haya reunido de nuevo en Amiens hoy, junto a nuestro antiguo enemigo, en un ambiente de paz", anotó el príncipe Guillermo de Inglaterra durante su intervención.