Cada día llegan a O Castro (Dozón) un número mayor de peregrinos a través de la conocida como Ruta Mozárabe o Vía de la Plata. Testigo de esto son los negocios del casco urbano. En el Bar Fraga se mezcla la clientela habitual con los romeros que llegan desde distintas partes de todo el mundo. Ayer entre estos se encontraba un grupo de nueve caminantes, entre ellos el torero Francisco Rivera Ordóñez.

A medida mañana de ayer en el casco urbano de Dozón había los que tenían cita en el centro médico, los que asistían a realizar algún trámite en el Concello y los peregrinos que decidieron hacer una parada antes de continuar con su largo camino. Pasaban las 11:30 horas cuando al Bar Fraga llegaba un peregrino que no pasaba desapercibido ante los ojos de nadie. Se trataba del diestro Francisco Rivera Ordóñez, que se encuentra haciendo el camino con un grupo de amigos. Aunque sí que hubo a algún que lo pilló por sorpresa, muchos vecinos ya sabían que llegaría justo ayer a Dozón, y hubo quien no se resistió a fotografiarse con él, que venía equipado para la ocasión: bien abrigado, con mochila a cuestas y con un bordón en mano.

Nacido en Madrid el 3 de enero de 1974, el diestro, que en un principio se hacía llamar Rivera Ordóñez, adoptó el apodo de Paquirri, en honor a su padre. Aficionado a los toros desde su infancia, su abuelo fue su primer apoderado. Tomó la alternativa como matador de toros el 23 de abril de 1995, en La Maestranza de Sevilla, con Juan Antonio Ruiz Espartaco como padrino y Jesús Janeiro, Jesulín de Ubrique, como testigo.

La llegada a Dozón también se saldó con una anécdota, ya que uno de sus compañeros había traído sin darse cuenta la llave del hotel en que se habían hospedado la noche anterior, pero allí mismo una persona se la hizo llegar a los responsables del establecimiento hotelero. El desparpajo andaluz se notaba en el grupo de amigos que decidieron reponer fuerzas en el bar Fraga y en el mismo local, cuando estaban a punto de salir, hasta se atrevieron a cantar el estribillo de alguna sevillana, a algo que se unió también el propio matador. "Destaco la hospitalidad de la gente y su amabilidad", señaló Rivera, que apenas soltó más palabras justificándose "de que hacemos el camino para desconectar de todo, salirnos de la rutina".

El grupo de amigos inició esta etapa el lunes y tienen previsto llegar a Santiago de Compostela el domingo. "Ya habíamos hecho otra vez en grupo el Camino Francés, incluso lo hice yo solo en bicicleta, y este nos parece más duro", manifestó uno de los compañeros de Francisco Rivera que además, aludió a la falta de señalización en alguna zonas y considera que la etapa anterior "fue bastante dura por haber mucho asfalto". Tanto el matador como sus compañeros destacaron la belleza del paisaje y también el frío de Galicia. En el propio establecimiento, los peregrinos procedieron a sellar la compostela. Tras la parada en el local de Dozón, se pusieron en contacto por teléfono con el párroco del lugar Manuel Civeira, ya que tenían en mente visitar la iglesia de Dozón, pero al final desistieron de esa idea, porque el cura no podía llegar hasta pasada una media hora.

A última hora de la tarde llegaban a Lalín y el grupo de amigos hicieron noche en el Pazo de Bendoiro, desde donde arrancarán hoy para completar la nueva ruta, que los llevará hasta el Apóstol Santiago. Entre sus amigos hay quien ya piensa en volver a repetir la experiencia y otros que, dando el esfuerzo y sacrifico que suponen toda ruta, se lo pensarán más de una vez.