Vanesa Lorenzo comenzó su carrera de modelo a los 17 años. Ha vivido en París y Nueva York, donde trabajó para Armani, Dior, YSL, Escada, Ralph Laurent, Victoria's Secret, Gap y L'Oreal, entre otras firmas, hasta contraer matrimonio con el exfutbolista Carles Puyol. La maternidad de Manuela y María le cambió la vida nómada de top por una estabilidad que se afianza en el yoga y una alimentación sana. Ahora sueña con volver a diseñar moda sostenible y retomar su faceta de actriz.

- ¿Su carrera de modelo está en stand by ?

-Sigo activa como modelo menos a nivel internacional, trabajo más en proyectos nacionales que me permitan volver a casa. Cuándo tomas la decisión de ser madre y tienes una profesión que conlleva una serie de consecuencias y obligaciones laborales, tienes que dejar un poco la vida nómada de modelo. No es tan fácil de compaginar con la maternidad. Dejé Nueva York donde vivía y me embarqué en un proyecto familiar, que era lo que el corazón me pedía.

- ¿La maternidad le ha cambiado mucho la vida?

-Mucho. Desde pasar de una vida nómada, anárquica, a una vida de estabilidad, de agenda y de horarios. Con hijos hay menos cabida para la improvisación, eso te cambia mucho tu estilo de vida.

- Usted es ahora una top model de corte clásico. ¿Cómo ve a las nuevas modelos digitales?

-Todas las cosas tienen sus pros y sus contras. Me parece maravilloso que haya unos canales de comunicación en los que como modelo puedes comunicar algo más sobre ti, un pensamiento y una forma de ver las cosas. Como modelo eres una herramienta que las empresas necesitan que tu imagen forme parte de una campaña publicitaria y ahora las modelos tenemos la oportunidad de aportar nuestra personalidad a esa imagen. Las marcas no solo se acercan a ti por un registro de belleza, sino también por la personalidad que tengas y si encaja con la marca.

- Pero ahora cualquiera es modelo accidental o profesional.

-A nivel de marketing es una cosa muy chula, me interesa mucho y es una oportunidad muy bonita para las modelos. Por otro lado hay un intrusismo o no sé cómo llamarle. Ya no se buscan los perfiles de modelo como tal, puedes trabajar como modelo puntualmente sin serlo.

- Ha pasado de top analógica a digital también y es bastante activa como bloguera.

-No soy nativa digital pero me estoy adaptando muy bien, creo que tiene cosas muy positivas. Es un tema complicado y no es fácil encontrar el equilibrio. En el tema periodístico se ha visto muy perjudicado, parece que cualquier opinión pública ya tiene que ser real. El usuario tiene que contrastar si tiene valor aquello que se ha publicado o no y esto es complicado. La sociedad tiene que entender esta nueva era en la que todo el mundo opina de todo, hay que coger las cosas con pinzas y ser muy riguroso al leer algo con seriedad.

- ¿Tiene aparcada su faceta como diseñadora en la que ha sido incluso galardonada?

-Me gradué en diseño de moda tarde porque empecé tarde a estudiar. Mi carrera iba como un tiro porque empezada a tener demandas internacionales, pero me quedé embarazada, era un proyecto de diseño y de empresa importante. Era una locura, trabajaba 12 horas y estaba embarazada. No era el momento. Me costó mucho tomar la decisión, ya que cuando las cosas empiezan a despegar es difícil pararlo en ese instante tan prometedor, pero tener un hijo es más importante que una marca de moda. En la actualidad soy socia y colaboro con la marca The animals.

- ¿ Otro proyecto en mente?

A nivel ejecutivo como diseñadora no estoy haciendo nada en estos momentos, al principio estuve como diseñadora a nivel interno con patronajes. Tengo un proyectillo que en el futuro haré, puesto que la expresión creativa a nivel de prendas, colores y texturas es algo que me fascina.

- ¿Y cómo ve la moda actual?

-Es la locura máxima, me parece una industria mágica que crea muchos puestos de trabajo. Ya tengo una edad y llevo muchos años en la industria, pero el fast fashion no me atrae ni me llama la atención. Me interesan la moda sostenible, la gente que apuesta por unos valores y una ética en la producción de prendas. A nivel estético la moda es divertida, aunque me gustan cada vez más las prendas atemporales que duran más en mi armario.

- ¿La democratización de la moda es buena o mala para el estilo y la elegancia?

-Creo que es bueno, sería injusto que si no tienes un poder adquisitivo elevado no puedas acercarte a prendas con un diseño interesante. Sin embargo las empresas que ofrecen esta moda más económica deben tener una responsabilidad social bestial, deben llevar eso al máximo rigor.

- A veces los grandes grupos de moda y financieros no les dejan.

-Es cierto, pero todo esto va en detrimento del planeta al final.

- ¿Cuida mucho la dieta y la alimentación para mantener su figura o con el yoga ya le basta?

-En general como bastante bien, procuro nutrirme muy bien. Es una cuestión de salud. Nunca he hecho dietas, siempre he sido muy delgadita y me ha costado engordar y ahora más, intento engordar y no puedo. Nunca he hecho dietas con el objetivo de adelgazar como muchas otras chicas de la profesión. Es igual de costoso cuando quieres ganar peso y no puedes. Cuando estoy trabajando fuera de casa como lo que hay, si considero que no he ingerido suficientes nutrientes trato de tener siempre frutos secos o similares en el bolso. Hay que tratar la alimentación como medicina preventiva y creo firmemente en ello. Intento darle a mi cuerpo los nutrientes que necesita. Es la filosofía que tengo en casa.

- ¿La delgadez está esclavizando a la mujer moderna para que todo le quede bien y estar al día?

-El problema de los países desarrollados es la obesidad, no tanto la enfermedad de la anorexia, las dos cosas son igual de graves, hay que atender ambos problemas. Hay que empezar desde la base, los comercios y desde casa, hay que nutrirse bien, el objetivo no es estar gordo o delgado, es estar fuerte y sano para sentirse cómodo con tu cuerpo. Hay varias tendencias, no es una cuestión de tener cuatro kilos menos o más y menos ahora que hay otras tendencias como las Kardashian, que son un canon estético a seguir.