La reina Isabel II de Inglaterra admitió en su discurso de Navidad que las bodas y los nacimientos de este año en la familia real la han "mantenido ocupada" y reflexionó sobre los valores cristianos y la importancia del respeto. Como cada año, las cadenas emitieron el discurso de la jefa de Estado británica, de 92 años, después del tradicional almuerzo de los británicos y de la familia Windsor en la residencia de Sandringham, en el condado de Norfolk, en el este de Inglaterra.

En su alocución, la soberana dijo que este ha sido un año activo para su familia, con las bodas de dos de sus nietos -la del príncipe Enrique y la de la princesa Eugenia-, celebradas en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor, a las afueras de Londres. "Ha sido un año activo para mi familia, con dos bodas y dos bebés y otro que se espera pronto. Esto ayuda a una abuela a estar ocupada. Hemos tenido también otras celebraciones, incluidos los 70 años del príncipe de Gales", afirmó.

Uno de los grandes enlaces del año se produjo en mayo cuando el príncipe Enrique contrajo matrimonio con Meghan Markle.