Los abusos a menores cometidos por miembros de la Iglesia llegaron ayer a las pantallas del Festival de Cine de Berlín. El director francés François Ozon mostró en la Berlinale el rostro múltiple de las víctimas de la pedofilia en la iglesia, en una jornada a concurso que completaron una rompedora historia sobre violencia infantil y la estepa azotada por el viento de Mongolia. "No me interesa el aspecto jurídico, sino el humano. No pretendo influir en la justicia francesa, sino en la sociedad", afirmó Ozon sobre Gràce à Dieu, su quinta película a concurso del festival berlinés, esta vez centrada en un universo de traumas masculinos.

Su filme se estructura sobre un escándalo real, el que salió a la luz a raíz de la plataforma La Parole Liberé, el colectivo de víctimas del padre Bernard Preynat, al que se imputan abusos a 70 menores, cuyo abogado ha presentado una demanda en Francia para que se retrase el estreno del filme hasta después del proceso.

A partir de ahí, Ozon arrastra "al espectador de la película hacia personalidades distintas masculinas", inspiradas en esos personajes reales, hasta componer un mosaico amplio, como extenso es el pecado de la pedofilia en la iglesia.