La celebración de una comida organizada bajo el nombre Estrellas Solidarias en el Camino de Santiago consiguió ayer que la pequeña localidad de Negreira (A Coruña), de apenas 7.000 habitantes, se convirtiese por un día, y por una causa benéfica, en el templo de la cocina española al reunir a los más importantes chefs del país, galardonados con hasta 30 estrellas Michelin.

Juan Mari Arzak, Martin Berasategui, los hermanos Torres, Eneko Atxa, Paco Roncero, Nacho Manzano y Pedro Morán fueron algunos de los que han acudido sin dudarlo a la llamada de los hermanos Rogelio y Francisco Rial „dueños de Casa Barqueiro„ que organizaron el evento destinado a ayudar a afectados por enfermedades mentales. Ellos formaron parte de los 300 comensales de esta comida solidaria, donde cada comensal pagó 50 euros.

Galicia no conseguía juntar, como se les ha definido, a una constelación de estrellados de este nivel desde la gala de entrega de las propias estrellas Michelin del año 2015 celebrada en aquella ocasión en el hostal de los Reyes Católicos, pero ayer fue de nuevo el centro de todas las miradas gastronómicas. Y por un buen fin.

Los afamados restauradores arroparon a los dueños de Casa Barqueiro, que de forma habitual dan de comer a los importantes chefs que visitan su casa de comidas de manera privada, para contribuir a conseguir ayuda para la asociación Anxiños, fundación integrada en Feafes (Federación de Asociaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental de Galicia).

Rogelio Rial explicó a la prensa allí congregada que esta idea surgió con la apertura del centro Anxiños en la misma localidad en la que él reside y trabaja, y, como tienen muchos gastos, "lo que hacemos es recaudar fondos para que la casa vaya adelante". Los cocineros "son amigos míos todos" y asiduos visitantes de Negreira, añadió, por lo que no dudaron en aceptar el convite sabiendo que "son un reclamo para que la gente venga a comer", para hacerlo en la compañía de los que, precisamente, más saben de comida.

Rial apuntó además que, pese a lo que pueda parecer, los que cuentan con el reconocimiento por regentar algunos de los restaurantes más afamados del territorio, no son los paladares más exigentes sino que "son los más normales del mundo", con los gustos "más normales". "Andan por el medio de la gente como uno más", confesó Rial antes de dar comienzo a un acto en el que los chefs han sido recibidos como estrellas del rock al acaparar los flashes y al ser reclamados para firmar autógrafos en los libros que muchos de ellos han publicado.

Como uno más de la familia, Arzak, que es uno de los once triesetrellados de España,puso en valor el alto grado de repercusión que tienen los eventos en los que los cocineros son los protagonistas, algo que a su juicio pone de manifiesto que "poco a poco la gente se ha ido culturizando" y entendiendo que "la cocina es parte de la cultura de un pueblo". Más si cabe en esta tierra: "Yo soy un enamorado de la cocina gallega". También lo son los hermanos Torres, con varios restaurantes en Cataluña y que desvelaron sentir pasión por Galicia, al estar enamorados "de su marisco, de la gente... Siempre que podemos nos escapamos y más por una causa como esta".

Los cocineros coincidieron asimismo en resaltar la importancia que cada día los ciudadanos le dan a lo que comen, pues cada vez "la gente se mentaliza más de comer bien" aunque, admiten, "aún falta educar" para que haya una alimentación más sana y equilibrada. "Y en eso estamos muchos de nosotros", coincidieron ambos que en esta jornada solo esperan "disfrutar" de la comida porque consideran que lo más importante a la hora de sentarse a la mesa "es tener hambre".