Si el martes la reina Letizia optaba por mimetizarse con la lluvia y las nubes con un estilismo de corte new look en tonos grises, ayer decidió plantarle cara al mal tiempo y apostó por las flores tan propias de la primavera. Los reyes Felipe y Letizia ofrecieron un almuerzo en el Palacio Real de Madrid a una representación del mundo de las letras con ocasión de la entrega del premio Cervantes rindiendo homenaje a la galardonada de esta edición, la escritora uruguaya Ida Vitale. Para la ocasión, la Reina rescató un vestido que estrenó durante su última visita de Estado a Reino Unido. Se trata de un diseño de Carolina Herrera satinado de manga francesa, cuello redondo y corte midi. El cuerpo ceñido remarca su figura mientras la falda tiene un gran vuelo.

El vestido destaca por un elegante estampando de flores en tonos marinos y coral sobre un verde botella, que combinó con unos stilettos azules de terciopelo, en el mismo tono que la cartera de mano. Como únicas joyas ha lucido unos pendientes largos en dorado y un anillo dorado con adorno circular.

Felipe VI apeló a la "necesidad irrenunciable de libertad de pensamiento y creación", una libertad que ha subrayado que tienen en el libro y la palabra "lugares predilectos de expresión".

Tras precisar que muchas veces se relaciona la poesía con un lenguaje ornamental o un mundo idealizado, el Rey consideró que "su verdadero lugar es una búsqueda en el interior de la lengua para encontrar cada vez más una forma de exactitud, una palabra precisa y verdadera".

En la poesía dijo que cobra especial relevancia el papel de la lectura para preservar un espacio personal, tener un pensamiento propio y despierto, crítico, y para ampliar las dimensiones de la persona más allá de las necesidades inmediatas.

Aunque reconoció que no sólo la poesía cumple esa función, ha recalcado que un poema lo hace de forma especial "por su resistencia a los fenómenos de la omnipresente mercadotecnia, a las fáciles etiquetas que continuamente cambian".

"En el poema „añadió„ las palabras no sólo tienen valor de cambio, significado. También suenan, tienen una realidad física, tantas veces olvidada, que les confiere un peso, una química determinante".

El Rey aseguró que el recorrido de Ida Vitale compendia una clara trayectoria iberoamericana, con una estancia en México, otra en Estados Unidos, vínculos con España y regreso a su país, Uruguay. Una perspectiva transversal que calificó de "verdaderamente iberoamericana y no condicionada por límites nacionales" y que aseguró que es muy necesaria y de la que todos tenemos que aprender. Además, tuvo un recuerdo para homenajear al escritor Rafael Sánchez Ferlosio, recientemente fallecido.

Más de un centenar de invitados asistieron al almuerzo ofrecido en el Palacio Real y en el que estuvieron presentes la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y el ministro de Cultura, José Guirao. Mario Vargas Llosa, María Dueñas, Fernando Aramburu, Carmen Posadas, Javier Sierra, Almudena Grandes, Antonio Colinas, Boris Izaguirre, Juan Manuel de Prada o Isabel San Sebastián fueron algunos de los escritores invitados al acto junto a los máximos representantes de las principales editoriales.

Emocionada y sonriente, Ida Vitale, la flamante Premio Cervantes aseguró, cuando fue invitada a hablar, que había caído en una trampa: "Me habían dicho que venia a oír". "Tendría que empezar por decir que no soy yo. Soy un fantasma que todavía no entiende en qué consiste la realidad, cuánto dura, cuándo termina. Estos días han sido una sorpresa, imprevisto, algo inventado por los dioses del momento", comentó.