Érase una vez...en Hollywood, de Quentin Tarantino, era la película más esperada de Cannes. Si a eso se añade que Brad Pitt y Leonardo DiCaprio, sus protagonistas, se pasearon el martes por la alfombra roja y ayer por el Palacio de Festivales, la revolución está servida. Desde casi una hora antes se agolpaban los periodistas a las puertas de la sala en la que se iba a celebrar la rueda de prensa de presentación del filme, una expectativa que no había levantado hasta la fecha ninguna estrella o filme de los que pasaron ya por esta 72 edición.

Tras posar ante los fotógrafos, el equipo llegó tarde, lo que redujo el tiempo de la comparecencia, para desesperación de los periodistas que esperaban. Y los actores no estuvieron demasiado habladores „es difícil competir con la verborrea de Tarantino„ pero con su sola presencia ya habían conquistado a todos los asistentes que, por primera vez este año, llenaban hasta la bandera la sala de prensa.

DiCaprio, más formal, con traje azul oscuro, camisa blanca y peinado impecable. Pitt de sport, con pantalón oscuro, polo marrón que dejaba ver una camiseta blanca, y una gorra azul. Junto a ellos, Margot Robbie, con un primaveral vestido blanco. Y empezó la rueda de prensa, con sorpresiva declaración de Tarantino al responder a la primera pregunta.

"Puedo decir honestamente que lo que pienso ahora es diferente a hace dos o diez años porque me casé hace seis meses. Mi mujer está aquí sentada. No lo había hecho nunca antes y ahora sé por qué, estaba esperando a la chica perfecta", proclamó.