El futbolista del Real Madrid Sergio Ramos y la presentadora Pilar Rubio se dieron ayer el "sí, quiero" en la catedral de Sevilla, un enlace al que asistieron destacados representantes del mundo del deporte español e internacional y del espectáculo. Tras la ceremonia y antes de la fiesta preparada en la finca La Alegría, la pareja reconoció "haberse emocionado" al ver llegar a sus hijos a la catedral.

La boda, oficiada por el deán de la archidiócesis de Sevilla, Francisco Ortiz, arrancó casi con una hora y media de retraso sobre el horario previsto, cuando terminaron de llegar al templo los casi 500 invitados, entre los que había rostros muy conocidos como Nati Abascal, la cantante Niña Pastori, Antonio Carmona, el presentador Pablo Motos, el torero Manuel Díaz El Cordobés o varios fútbolistas como Santi Cazorla, Emilio Butragueño, Mijatovic o Fernando Hierro. Pero sin duda una de las parejas más aclamadas fue la formada por David Beckham y su mujer Victoria.

Rubio lució un traje blanco escotado y con brillos y un ramo de flores negras. Llegó al templo en un Cádillac, saludó al público y a la prensa y posó para los fotógrafos. Unos minutos antes, Sergio Ramos accedió a pie, con un chaqué de cuadros y en tono azul marino.

Tras la ceremonia, la pareja no dudó en atender a la prensa. "Es una sensación indescriptible ver llegar al alatar a la mujer que amas con los tres hijos que conforman una familia en la que se conjuga amor y unión. No tiene precio", señaló el futbolista.

Los recién casados no quisieron adelantar muchos detalles de la fiesta y solo indicaron que habría tres ambientes: el aperitivo, la cena y la pool party. Sobre los rumores de que AC/DC iba a tocar para ellos no confirmaron nada y bromearon sobre el tema. "Ya quisiera yo", dijo Ramos a los medios.