La renovación del hogar de los duques de Sussex, Frogmore Cottage, ha sido sufragada con 2,4 millones de libras (2,6 millones de euros) de los fondos públicos, reveló ayer un responsable de los gastos de la monarquía británica, lo que ha generado polémica entre algunos grupos contrarios a la realeza.

La residencia campestre del príncipe Enrique y su esposa, Meghan, muy cercana al Castillo de Windsor, fue objeto de una exhaustiva reforma que duró unos seis meses para convertir cinco zonas en una única vivienda para la pareja y su bebé, Archie.

Los medios locales británicos indicaron ayer que los duques de Sussex han instalado en su nueva vivienda familiar una cocina y baños de lujo y señalan que han dispuesto también una sala para que la duquesa practique yoga, disciplina a la que es muy aficionada.