Mel Gibson continuó ayer su ruta por el norte de España, con paradas señeras en Oviedo y el Occidente antes de pasar a la provincia de Lugo, donde comió, y a la de A Coruña. Por la mañana, el actor y director australiano visitó los monumentos prerrománicos, para acto seguido poner rumbo al Occidente, siguiendo la ruta marcada por el Camino de Santiago. El director de Braveheart paró a comer en el restaurante Cantábrico de A Fonsagrada (Lugo), donde dio un respiro a su estómago tras disfrutar de la gastronomía asturiana. Hoy, está disfrutando de Santiago de Compostela y de sus encantos culinarios.

El astro de Hollywood, que el sábado probó la fabada asturiana y el arroz con leche en Benia de Onís, se limitó ayer a comer una ensalada mixta y unas chuletillas de cordero. La esposa del actor, la guionista Rosalind Ross, que habla algo de español, explicó a los responsables del establecimiento que Gibson estaba "un poco tocado del estómago", por lo que prefería una dieta ligera.

El actor, eso sí, probó una de las especialidades de la zona, el pastel A Fonsagrada. Al igual que estos días por Asturias, Gibson se mostró cordial y amable con los empleados del local y con los clientes, y solo les pidió que no le interrumpiesen para hacerse fotos durante la comida, aunque al terminar atendió a todos aquellos que desearon inmortalizar su encuentro con una genuina estrella de Hollywood, mostrándose especialmente atento con los empleados del restaurante.

Gibson y sus acompañantes dejaron ayer el hotel ovetense en el que se alojaban desde el viernes, y desde el que se desplazó a Covadonga el sábado.