Andrés Sardá, uno de los grandes diseñadores del mundo de la moda, falleció el domingo en Barcelona a los 90 años. Perteneciente a una familia con un fuerte arraigo en el sector textil catalán, Sardá revolucionó la ropa interior y el mundo de la mujer española con una fórmula que aunaba diseño y comodidad, y que consiguió alzar su firma como una de las más internacionales de todos los tiempos.

Desde la fundación de su empresa en 1962, Andrés Sardá, ingeniero textil de formación, tenía claro que el éxito de su empresa pasaba por considerar a la ropa interior como diseño y no algo "puramente funcional como sucedía hasta entonces", aseguró.

Este visionario diseñador comenzó haciendo mantillas, un accesorio apegado a la tradición española que llamaba la atención en todo el mundo. Por ejemplo, Jackie Kennedy escogió un modelo blanco para asistir a una corrida toros en la Maestranza de Sevilla junto a la duquesa de Alba durante la feria de Sevilla en 1966.

Fue el primero el utilizar la licra como tejido y con ello revolucionó las posibilidades de diseño en el mundo de la lencería. A partir de desarrollar esta idea, comenzó a mezclar la licra con la blonda y el encaje y construyó los pilares de lo que hoy es la firma Andrés Sardá, un casa de lencería a nivel internacional. Esta nueva concepción del diseño rompió con una tradición de ropa interior femenina anclada en un vetusto criterio de funcionalidad casi ortopédica que condenaba a las mujeres a ocultar su lencería, algo contra lo que Sardá se levantó en armas. Creía en el empoderamiento de la mujer.

En 2005, el diseñador, pionero en hacer desfiles de lencería, recibió el premio del Salón Internacional de la Lencería de París, un galardón que dedicó a sus hijos y a la moda española, a la que ánimo a "esforzarse y salir más al extranjero".

Tres años después, con la idea de buscar la internacionalización, el grupo Van der Velde, líder belga de la lencería, adquirió la empresa Eurocorset junto con la marca Andrés Sardá, con acuerdo de que la familia continuase llevando la rienda de dirección creativa. Tras este acuerdo, Andrés Sardá anunció su retirada, cediendo el testigo a su hija, Nuria Sarda, quien ya llevaba varios años trabajando junto a él y a día de hoy es la directora creativa de la firma. En 2015, el diseñador fue reconocido con el Premio Nacional de Moda, que concede el Ministerio de Industria, Energía y Turismo.

Trabajó, investigó y también innovó convencido de que la lencería femenina debía ser favorecedora. Se convirtió en el rey de la lencería, así lo apodaba el entonces enfant terrible de la moda, Jean Paul Gaultier.

Fue pionero en contar con el buen hacer y la complicidad de fotógrafos de renombre y de modelos profesionales, consciente del poder y la importancia de la imagen para crear marca y marcar tendencias. El éxito de sus diseños y la gran acogida que tuvieron sus creaciones ante una mujer anhelante de modernidad aupó su lanzamiento a nivel internacional, y en 1965 la compañía realizó sus primeras exportaciones a Francia, con clientes tan importantes como las Galeries Lafayette y Printemps.