Penélope Cruz recibió ayer el Premio Donostia, con el que el Festival de San Sebastián reconoce en su 67 edición la trayectoria cinematográfica de la actriz, de manos del líder de U2, Bono. El director del Festival de San Sebastián, José Luis Rebordinos, señaló que el cantante acudió solo para entregar este galardón a la actriz.

La intérprete recibió una larga ovación por parte del público que acudió a la ceremonia, celebrada en el Kursaal, y en la que estaban, entre otros, los actores Javier y Carlos Bardem o el director de cine Fernando León de Aranoa.

Cruz, que asistió a la ceremonia de entrega de este premio honorífico con el pelo recogido y un vestido blanco „mismo color con el que acudió a la rueda de prensa celebrada pocas horas antes„, se convirtió de esta forma en la actriz más joven que recoge la actriz. La actriz madrileña es la quinta intérprete española que ha obtenido el premio honorífico más importante del Festival de San Sebastián, tras Fernando Fernán Gómez (1999), Paco Rabal (2001), Antonio Banderas (2008) y Carmen Maura (2013).

La oscarizada actriz participó en tres ocasiones en la Sección Oficial de este certamen, con Todo es mentira (Álvaro Fernández Armero, 1994), Volavérunt (Bigas Luna, 1999) y Venuto al mondo (Volver a nacer, Sergio Castellito, 2012). Además, visitó por última vez el festival Donostiarra para presentar Loving Pablo (2017), junto a Javier Bardem, en la clausura de la sección Perlas.

Horas antes de recibir de manos de Bono el Premio Donostia, Penélope Cruz ofreció una rueda de prensa, la más multitudinaria del festival, en la que se sinceró sobre su profesión, su vocación y su sentimiento de gratitud hacia el Festival de San Sebastián. Con gracia, Cruz contó que cuando el director del festival, José Luis Rebordinos, le comunicó el premio, ella le preguntó "si estaba seguro", si no prefería esperar unos años, "pero como soy como un personaje de Almodóvar, empecé a pensar si no me iba a pasar algo malo", y dijo: "Sí, claro", provocando risas.

De su profesión, la actriz aseguró que le enseñó mucho sobre sí misma porque empezó siendo casi una niña, con 14 años, recordó; en Jamón jamón y Belle epoque, 17 y 18. "He crecido en el cine". Y reveló que, cuando tenía cuatro años, ya jugaba a ser actriz. "Sentía mucha libertad: para mí no era escapar de mí misma, sino conocerme más, me hacía mirarme más hacia adentro".

Cruz agradeció también a su familia haber confiado y "no haberse reído" de ella cuando dijo que quería ser actriz, sin antecedentes familiares. "Un actor no puede trabajar mucho con su ego, a la hora de preparar un personaje, eso tiene que quedar fuera", agregó la ganadora de un ´Óscar y tres premios Goya, quien achacó a sus años de ballet clásico la disciplina "casi militar" adquirida, suficiente para dedicarse a esto.

"Actuar te hace tener más empatía, te conviertes en personas con las que, a veces, ni siquiera te tomarías un café", dijo la actriz, nacida en Alcobendas, muy cerca de donde vive ahora y cuyas calles de la infancia visita de cuando en cuando.