Una exempleada acusó ayer a Robert De Niro de abusos verbales, comportamientos inapropiados y discriminación de género, en una demanda que llega después de que la empresa del actor la llevase ante la justicia por cargar cientos de miles de dólares en una tarjeta de crédito de la compañía.

La mujer, Graham Chase Robinson, asegura que De Niro la sometió a "contactos físicos no deseados", que le dedicó repetidos comentarios ofensivos y que fue obligada a hacerse cargo de tareas domésticas que no se requerían a empleados masculinos. Entre otras cosas, la exempleada dice que el actor le hizo rascarle la espalda, abrochar sus camisas o hacerle la colada.

Según la demanda, presentada en un tribunal de Nueva York, Robinson también vio cómo el actor insistía en pagarle menos que a compañeros hombres.