Viejos conocidos del festival de cine de Sitges, los norteamericanos Justin Benson y Aaron Moorhead, presentaron ayer, en estreno europeo, su última y más ambiciosa película, Synchronic, un viaje al pasado nada romántico de Nueva Orleans a través de una droga sintética.

Creadores de un particular universo fílmico con obras como Resolution o El infinito, los dos directores, junto con los conocidos actores Anthony Mackie y Jamie Dornan, han armado una cinta en la que dos paramédicos de la ciudad norteamericana se encuentran ante una serie de cadáveres que tienen en común su relación con una sustancia tóxica.

Benson explicó que antes del cine estudió medicina y heredó de aquella época la curiosidad sobre cómo perciben los humanos el tiempo "quizá no sea realmente lo que está pasando", indicó.