Asunción Balaguer, fallecida ayer a los 94 años, es historia del teatro español, en el que ella estuvo medio siglo a la incontestable sombra de su marido, Paco Rabal, pero que se destapó cuando ya era octogenaria para hipnotizar con su competencia y ternura al público de todas las generaciones.

Balaguer (Manresa, Barcelona) se convirtió a sus 86 años, en 2012, en una vedette, en una " beatiful girl" como las que veía cuando acompañaba a Rabal (1926-2001) a los "cabarés" para su papel en el musical que dirigió Mario Gas en el Teatro Español Follies, de Stepgen Sondheim, en el que a pesar de compartir escenario con otros 38 intérpretes se convirtió en "el amor" del público. "Acompañaba a Paco a los cabarés y todas aquellas mujeronas con aquellas patorras le conocían. Me daban mucha envidia. Ahora soy yo la vedette y me encanta mirar al público con coquetería. ¡Qué ilusión me hace pasearme y levantar los brazos!", reveló la actriz, que debutó en el cine en 1952 junto a Rabal en Perseguidos.

En el musical, por el que obtuvo el Max a Mejor Actriz de Reparto, interpretaba Broadway Baby ( Yo quiero estar en un show) y bailaba claqué a pesar de que cuando Mario Gas le mandó el libreto se asustó porque, recalcaba, nunca había bailado y solo había cantado en una película de Imanol Uribe, Extraños (1999).

"No sabes el subidón que te da interpretar con una orquesta. Solo canto una canción, pero claro, somos tantos... Me hubiera gustado tanto hacer más cosas", se reía un poco "decepcionada" porque a escena no saliera con el "uniforme" de "vedette", es decir, con plumas, sino con un traje "a lo antigüilla". "Esta es la experiencia teatral más importante de mi vida. Incluso me encantaría ir de gira y ya, picando muy alto, actuar en el Liceo", confesaba.

Antes de Follies, El Brujo la había convencido para llevar a escena El tiempo es sueño (2009), un monólogo que era una conmovedora y apasionada declaración de amor rendido a su profesión y a "su Paco". El Brujo había tenido con ella varias entrevistas que había grabado dos años antes sobre su carrera, que comenzó, en Barcelona, cuando tenía 15 años con La discreta enamorada y continuó, precisamente, con un drama titulado El tiempo es un sueño. Ella, como la protagonista de esa obra de Lenormand, supo siempre "lo que le iba a pasar: yo sabía que mi unión con Paco „con quien se casó en 1951„ iba a durar, que iba a ser buena", decía.

Balaguer viajó desde Manresa a Madrid para hacer carrera como actriz y tuvo éxito porque era, según han alabado siempre sus compañeros de profesión, muy "talentosa" y "disciplinada" pero en su camino se cruzó Rabal y entonces pasó de los escenarios a estar siempre "pendiente de los demás", a cuidar de sus dos hijos, Benito y Teresa, y de "toda la familia del actor porque él "trabajaba tanto" que no podía. "Me ocupé de todos y por eso ahora estoy tranquila y en paz", revelaba quien era abuela de seis nietos.

Balaguer, según contó ayer a Efe el director de Follies, vivió "una vida en tres actos": "empezó siendo una joven y talentosa actriz que fue de Barcelona a Madrid a hacer carrera; luego se cruzó en ella el hombre de su vida, a quien, con todos los altibajos, amó siempre, y ya viuda volvió a emerger ese carisma, esa facilidad en las tablas que subía más y más".

A la actriz le encantaba cuidar del jardín de su casa en Alpedrete, a 43 kilómetros de Madrid, quedar siempre que podía con sus amigas, conducir su "cochecito" y viajar. "Me gusta ir sobre todo a los sitios que he conocido con Paco, porque a él le gustaba llevarnos a los lugares en los que había trabajado. Estuve en Roma recordando las cosas que hice y me di cuenta de lo feliz que he sido, aunque ya la mayoría de los amigos haya muerto", lamentaba.

Nunca, y eso que le pasaron "muchas cosas malas", se rindió y ese, decía, era su "truco" para sobrevivir. Tuvo una trombosis en una pierna y luego otra, a los 70 años, en un pulmón que casi termina con ella, pero desde entonces había disfrutado de una salud "estupenda".

"Asunción no te equivoques', me digo antes de salir a escena, aunque a veces me equivoco pero salgo del atasco con la zorrería del viejo", contaba pícara y feliz sobre su triunfo en las tablas.

"Estoy en la plenitud. Estoy tan feliz siendo mayor... Sabes que has cumplido y tienes una gran felicidad interior. Estoy en una época preciosa y no quiero que se acabe", pedía la actriz que participó en series como Gran Hotel, La que se avecina o El Chiringuito de Pepe y en las películas La niña de tus ojos, Solo mía o Barcelona, noche de invierno.

En escena, su último papel fue en Sueños y visiones del rey Ricardo III junto a Juan Diego. Era 2014 y ella seguía sintiéndose capaz "de todo".