Una estrella planetaria que nunca dejó de ser el hijo de un panadero de Módena, un tenor que llenó estadios, un hombre apasionado, con luces y algunas sombras que sedujo al mundo con su voz única. Así era Pavarotti según el documental de Ron Howard que ayer presentó en Madrid su viuda, Nicoletta Mantovani. Su sello discográfico, Decca Records, quería rendirle un homenaje en el décimo aniversario de su muerte y fichó al oscarizado director de Una mente maravillosa. El documental que repasa la vida y trayectoria de Pavarotti llegará a las salas españolas el próximo 10 de enero.

"Nos pareció que Howard era la persona apropiada, porque su manera de narrar y su espíritu amable están muy cerca del de Luciano", dice Mantovani, segunda esposa del tenor cuyo romance acaparó portadas y revuelo en sus comienzos, dada la diferencia de edad (tenía 34 años menos) y el conservadurismo del entorno del tenor. "El inicio fue digamos fuerte, pero Luciano lo hacía todo más sencillo, con una actitud de distancia para despegar la rabia y las emociones negativas", afirma la viuda, al frente de la fundación que preserva su legado.

Además de su testimonio y de facilitar el acceso a otras figuras como Plácido Domingo y José Carreras, con quienes Pavarotti protagonizó uno de los momentos cumbre de su carrera, Mantovani aporta vídeos caseros que ofrecen una visión más íntima del cantante. En ellos Pavarotti revela que le gustaría ser recordado "como un hombre que transmitió la ópera a la gente".