Vivimos en una sociedad en la que la globalización y la llegada de las redes sociales nos han beneficiado en mayor parte, pero también nos han afectado en otra. Bien es cierto que el uso que hagamos de la tecnología y de las aplicaciones nos permiten tener al alcance de nuestras manos elementos y una navegación que hace dos décadas no teníamos. Pero cuidado, no todo es como nos lo venden. Y si no que se lo digan a las personas que han sufrido acoso por culpa de la 'maldad' que puedan tener algunos seres humanos a través de internet.

Esto es lo que le ha pasado a numerosos jugadores de fútbol, personajes públicos o incluso rostros muy conocidos de nuestro país -incluso de todo el mundo-. La última noticia, o la primera de este 2020, que nos ha dejado fríos ha sido la del entrenador del Málaga CF, Víctor Sánchez del Amo. El futbolista se ha visto metido de lleno en una polémica que ni en sus peores sueños imaginaría.

Esta semana se hacía público en las redes sociales un vídeo de carácter privado y sexual en el que se podía ver a Víctor en un espacio privado como podría ser su casa sacándose el miembro viril. Motivo suficiente, según aseguran algunos, para destituirle como entrenador y probablemente acabar con su carrera profesional.

No es el primero que pasa por esta situación y tampoco será el último. Recordemos que Olvido Hormigos dejó de ser concejal por la difusión en redes sociales de un vídeo sexual de carácter similar. A pesar de haber puesto varias denuncias y haber luchado para acabar con la exposición mediática, no lo ha conseguido. Lleva años luchando por su imagen y todavía ese contenido sigue activo en muchas webs.

Independientemente del juicio moral que hagamos cada uno sobre si está bien o no realizarse un vídeo privado de carácter sexual, el coste emocional que sufren estas personas, sobre todo si son públicas, es muy alto. Y es que a Olvido Hormigos le supuso enterrar su carrera como política. Mientras que a Víctor Sánchez se le ha suspendido de sus funciones como entrenador del Málaga.

Este jueves salió a la luz un supuesto chantaje que habría sufrido el futbolista para que esas imágenes no se publicaran. Una cifra de 20.000 euros que le obligaron a pagar y que este, no ingresó. El peaje le ha salido caro: si antes no se había hablado de él salvo en contadas ocasiones, ahora prácticamente toda España le conoce. Y no precisamente por su trabajo.

La situación íntima de estas personas se ve afectada a niveles sobrehumanos desde el primer segundo en que algún contenido privado se hace público. Internet es una herramienta que beneficia en muchas situaciones, pero que aterroriza en otras. Y más sabiendo estos casos. Lo que se cuelga en la nube en la que todos estamos a diario, no desaparece nunca y menos si hay alguien detrás provocando que no desaparezca.

Por tanto, sin entrar en si está bien o mal lo que ha hecho el futbolista y muchos tantos otros que han pasado por lo mismo, está claro que la persona puede hacer y deshacer a su antojo en lo que respecta a su privacidad.

La imagen y vida profesional de Sánchez del Amo se ha visto ensuciada por la difusión de dicho vídeo, sin ni si quiera cuestionar cómo desempeñaba su trabajo.