Demi Moore era la actriz perfecta, llenaba el patio de butacas en los noventa y hacía que cada título se convirtiera en éxito, pero tras esa imagen dulce se esconde una mujer llena de inseguridades, con una infancia terrible y una madurez que desembocó en adicciones y en el desamor. Así lo refleja la protagonista de Algunos hombres buenos en su autobiografía Inside Out. Mi historia (Roca Editorial), un relato descarnado sobre los abusos que sufrió en su infancia.