Con un discurso plagado de ironía y enfado y buscando constantemente la cercanía del jurado, la fiscal Joan Illuzzi-Orbon dedicó ayer su alegato final en el caso Harvey Weinstein a trazar una imagen de un productor de cine "violador y abusador" que "humillaba" y "empequeñecía" a sus víctimas. Illuzi-Orbon describió a Weinstein como un depredador sexual adicto al sexo, muy poderoso, influyente, "carente de empatía humana" y "extremadamente agresivo".

"Era el rey de su universo y las testigos eran únicamente hormigas que él podía pisar sin consecuencias", dijo Illuzi-Orbon en un momento de su intervención, mientras en la pantalla del juzgado aparecía una foto del acusado sobre una alfombra roja y con decenas de periodistas reclamando su atención. Una pantalla que ayer lucía con el fondo negro y en la que la fiscal proyectó fotografías, fragmentos de testimonios, correos electrónicos y otras pruebas presentadas en los dieciséis días de proceso, tal y como el pasado jueves hizo la defensa de Weinstein, que prefirió, sin embargo, un fondo blanco.