Benedicta Sánchez, ganadora del Goya a mejor actriz revelación por su papel en la cinta O que arde del coruñés Oliver Laxe, ejerció ayer de pregonera de la 45 fiesta del queso de Arzúa (La Coruña) y lamentó que la figura de la mujer esté falta de reconocimiento. Sobre todo en el rural gallego, apuntó emocionada la intérprete, que trabajó como fotógrafa y librera en Brasil y es vegetariana desde los 17 años y amante de las vacas.

"Es el animal que más quiero. Para mí son palabras mayores. De pequeña, cuando yo no quería beber leche, mi madre me decía que tenía que hacerlo porque de lo contrario A Parda, que era como se llamaba la nuestra, se pondría triste. Y yo lo hacía para que no se pusiese triste", señaló Sánchez.

Ante la proximidad del 8-M y lo crucial del movimiento feminista, ha confesado: "Yo crecí aprendiendo cosas de hombres y no me sentí menos mujer por eso. Después aprendí cosas de mujeres y tampoco me sentí más mujer por eso". En la actualidad, cree que las tareas del campo están más repartidas, aunque aseguró ver con tristeza cómo, en cambio, este se va quedando vacío.