Carmen Alcayde se estrena como cuentacuentos en Un verano espacial, una emotiva historia que combina aventura, aprendizaje y diversión con una interesante reflexión acerca de cómo dar una segunda vida a las cosas utilizando el ingenio y la imaginación. Alcayde presenta la fantástica relación entre un inventor, tío Jaime, y sus sobrinos a lo largo de un verano inolvidable porque Jaime es "un alocado científico que, en un verano espacial, enseña cómo transformar en inventos maravillosos lo que otros ya no quieren". El cuento está ilustrado por Mamen Marcén.

¿Qué le lleva a escribir un cuento para niños?

He escrito tres libros y ninguno había sido para niños aunque, como soy escritora y tengo mucha imaginación, a mis hijos les he contado muchos cuentos inventados. Mi hija mayor tiene 10 años y la pequeña 5. Nunca me había decidido a hacer literatura infantil, no me había dado por ahí. Lo veía como un género diferente y me daba respeto porque cada cosa tiene su intríngulis. Este cuento, mi marido y yo, se lo contamos a los niños desde pequeños porque está relacionado con la familia. Como estamos en Madrid, y a ellos los ven menos, a los niños y les gusta que les hablemos de sus primos, de los veranos que pasamos juntos... además tienen un tío, el tío Jaime, que junto a ellos es el protagonista del relato. Es un cuento inspirado en una realidad que, al contarlo, hemos enriquecido.

¿Qué le ha llevado a publicar la historia?

Quería dar una sorpresa a los niños y editarlo; fue la editorial quien lo quiso publicar y estoy muy contenta. La ilustradora, Mamen Marcén, es maravillosa y he flipado con ella porque tiene mucha imaginación y ha enriquecido mucho el cuento. Mamen ha sabido plasmar la idea que yo tenía en la cabeza.

Y el cuento, además, lo publica en castellano y valenciano.

Sí, porque la editorial (Sargantana) es valenciana y me hacía mucha ilusión. Hay mucha gente para la que su lengua materna es el valenciano y me apetecía que este cuento llegara a la gente de mi tierra porque yo amo València.

¿Qué han dicho sus hijas al ver su cuento impreso?

Flipamos. Es verdad que a veces, de mucho repetir las cosas y ponerle mucha pasión, acaba siendo realidad. Y eso es lo que ha ocurrido. Este libro está hecho de corazón, sin esperar nada a cambio. ¡Más de corazón que esto habré hecho pocas cosas! Cuando a mis hijos les narro el cuento no soy Carmen la presentadora, sino una madre con ganas de que sus hijos se duerman felices y se olviden de todo. Además creo que, a pesar de todo, se ha publicado en el momento ideal, porque todos estamos con nuestros hijos en casa y no hay mejor regalo que leerle un cuento a un niño antes de dormir. Aunque no le pueda hacer presentación, ni firmas, ni tenga el nivel de ventas esperado, me hace ilusión que salga ahora.

Porque ahora los niños, encerrados, están viviendo una extraña pesadilla.

Mis hijos al principio estaban emocionados, pero ahora ya quieren ver a sus amiguitos y que la locura de su madre pare. Creo que, con lo que está pasando, los niños están valorando mucho el colegio. De todas formas, es todo tan raro... El otro día les puse un cuento sobre el coronavirus para niños y se acostaron con miedo y es que los niños, cuanto menos se enteren de lo que está pasando, mejor. Salvando las distancias, yo estoy haciendo un La vida es bella con mis hijos. Yo estoy agotada pero todo es poco para que ellos no se rayen la cabeza.

El libro, además, demuestra que literariamente vale para un roto y un descosido.

Mi primer libro fue Treintañeras, luego V ivir en pareja y luego Nubes de algodón, libros escritos para mujeres de mi edad, a las que nos pasan cosas, que hablamos de sexo, que somos canallas a veces... y este lo he escrito con un lenguaje diferente, el de la inocencia total. Pero que sepa todo el mundo que leen a la Carmen cuentacuentos. Este libro lo he trabajado mucho con mi marido porque el tío Jaime es su tío y muchas cosas están inspiradas en su familia.

¿No le ha dado pudor exponer a su familia?

Para nada, lo que me da pudor es enseñar las caras de mis hijos por si ellos, el día de mañana, no quieren ser famosos. Cada uno en su casa sabe lo que hay, lo que tiene y lo que quiere. Hablar de ellos por qué no, son mis hijos.