A las 6.45 horas de ayer Israel Borja Nuñel se dirigía en coche por la carretera de Bens a su trabajo en la refinería de Repsol en A Coruña. Una luz anaranjada en el cielo le llamó la atención, parecía algo mayor que una estrella fugaz. Avanzaba sin desaparecer, sin detenerse, y a gran velocidad. Arrimó el coche al arcén y se bajó para grabar aquello que aún seguía en el cielo del amanecer con su teléfono móvil. Un meteoro, pensó, y sobrevolaba la ciudad en dirección a la Torre de Hércules. Colgó la grabación en una red social. Durante la mañana, otros usuarios de redes volcaron imágenes parecidas tomadas desde otros puntos del entorno, que enseguida se hicieron virales. ¿Qué voló en realidad sobre la ciudad?, se preguntaban todos. Un cohete.

Esta fue la respuesta que horas después ofreció José Ángel Docobo, catedrático de Astronomía de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) y director del Observatorio Ramón María Aller. El objeto se trataba en realidad del cohete ruso Soyuz, que se desintegró al volver a entrar en la atmósfera tras llevar suministro a la Estación Espacial Internacional, a donde fue enviado el sábado pasado desde Kazajistán.

"En A Coruña se vio pasar desde el nordeste hasta el suroeste, hacía el océano", apuntó Docobo. "Este tipo de cohetes quedan a la deriva una vez que completan su misión y poco a poco van bajando hasta que se destruyen en el momento en el que se acercan a las capas bajas de la atmósfera", explicó.

Este tipo de avistamientos "no son habituales" en Galicia, añadió el catedrático. De hecho, el último caso similar de reentrada de cohetes se produjo en septiembre del año 2001. No obstante, el fugaz paso del artefacto podía "entrar en las previsiones". "Este tipo de fenómenos se caracterizan por tener una cierta incertidumbre en la posición de caída. Igual que se vio aquí, podía haberse producido más hacia el océano y, en ese caso, nadie lo habría grabado y ya no se vería", señaló el catedrático, que recuerda que normalmente se programa para que "caigan hacia los océanos".

¿Es peligroso que un cohete sin rumbo marcado sobrevuele una ciudad?, puede preguntarse cualquier personas no familiarizada con la astronomía. José Ángel Docobo señala que estos sucesos no suelen implicar riesgos, toda vez que los cohetes se realizan de un material que se destruye con el contacto en la atmósfera. Aun así, el catedrático de la USC reconoce que sí hubo casos en los que el material del que estaba compuesto el cohete era muy pesado y hubo trozos que llegaron a alcanzar la tierra firme.

Israel Nuñel no se preguntó por la peligrosidad de lo que estaba viendo a primera hora de la mañana. Quizá es un meteoro, se dijo, no sin cierto entusiasmo, ya que recocone que tanto a él como a su hermano, en quien pensaba mientras grababa el objeto volador, les encanta la Astronomía. Tras perder de vista la luz se dirigió hacia su puesto de auxiliar de servicio en la refinería, donde contó una experiencia que cogió a sus compañeros por sorpresa.

Xoán Cardelle, presidente de la Agrupación Astronómica Ío, también se preguntaba ayer por la mañana qué podía ser aquello que volaba sobre A Coruña y había visto en las redes. Un meteoro artificial o basura especial con restos de satélites o cohetes que queda flotando en el espacio. No andaba desencaminado: ni más ni menos que una parte de un cohete ruso enviado a una estación espacial que de regreso a la atmósfera tomó rumbo a Galicia para desintegrarse.