Ana Obregón y Alessandro Lequio abandonaron ayer Barcelona tras la muerte de su hijo, Aless, el miércoles, a consecuencia de un cáncer que le fue diagnosticado hace dos años. El cuerpo del joven permanecía ayer en el tanatorio Sancho de Ávila hasta su traslado a Madrid para ser enterrado.

Completamente devastados, los padres salieron por la mañana de los apartamentos en los que se alojaron durante esta estancia en Barcelona, en la que no se han separado de su hijo, ingresado en este último tramo de la enfermedad en la clínica Quirón. Cabizbaja y con la voz rota de dolor, Ana Obregón agradecía las muestras de cariño y el pésame de los periodistas.

La muerte de Aless Lequio ha conmovido a muchas personas que, aunque no conocían personalmente al joven empresario, le sentían como una persona de lo más cercana. Así, una señora quiso acercarse al coche de la actriz para darle el pésame y mostrarle su cariño. Mientras Ana García Obregón compartía un mensaje en Instagram que simplemente decía "Se apagó mi vida", Alessandro Lequio escribió en Twitter: "Te sacaré de los bosques, pero mientras recuerda que tú eres y serás siempre mi faro y mi centro. Hasta el final. Ha sido un gran honor ser tu padre. Dios te bendiga".

La última pareja del joven, Carolina Monje, rescató en Instagram algunas fotos de la pareja en sus viajes para despedirse públicamente de él.

"Mi niño bonito, mi bebé de bebé, mi amor, mi luz, mi Puchum, mi TODO. Para mí siempre habrás ganado la batalla al más fuerte y al más luchador", comienza escribiendo la diseñadora, y añade: "Nos has dado una lección de vida a todos los que te rodeábamos, por todo lo que derrochabas: fuerza, felicidad, amor, sentido del humor, carisma, inteligencia, sabiduría, saber estar, amigo de tus amigos y lo mejor de todo es que eres y serás el mejor novio que nadie podría desear".

Un mensaje en el que deja claro todo lo que le ha hecho vivir en estos años de relación: "Gracias de todo corazón por estos casi dos años contigo, los mejores años de mi vida. Doy millones de gracias a la vida y a ti por haberme brindado la oportunidad de conocerte y compartir cada instante desde entonces. Nuestros amaneceres en Vivood, los paseos en Santorini, los baños helados en Laponia y nuestros atardeceres en Es Vedra. Tengo tantísimos recuerdos juntos y todos me hacen llorar de risa o de felicidad. Nuestra manera de hablar como niños pequeños, de cuidarnos, de querernos, de amarnos incondicionalmente y apoyarnos en todo". Y añade: "Hasta que un maldito 13 de mayo truncó tu vida y, por consecuencia, la de todos los que te queríamos. Todos nuestros planes de futuro se acabaron en aquel instante. Pero en el fondo sé que estás aquí conmigo, lo sé, te siento muy cerca y sé que siempre estaremos juntos".