Llegó a Hollywood como el Hombre sin nombre pero marcó huella: Clint Eastwood cumple 90 años como un icono del cine en activo que acaba de dirigir su última película mientras se mantiene fiel a su eterno discurso contra la corrección política.

Con su mirada impenetrable y actitud de tipo duro, Eastwood inmortalizó al antihéroe más popular del spaguetti-western y pasó a la historia gracias a El bueno, el feo y el malo (1966), hazaña que volvería a repetir al encarnar al implacable inspector de policía Harry Callahan que le establecería como nuevo mito del cine.

Con cinco premios Óscar, otros cinco Globos de Oro, más la Palma de Oro de Cannes y el León de Oro de Venecia, el cineasta podría retirarse tras haber alcanzado todos los honores posibles como actor, director y productor.

Pero Eastwood (31 de mayo, 1930) continúa dirigiendo películas, la última -Richard Jewell- estrenada este mismo año, al tiempo que protagoniza declaraciones al contracorriente de la corrección política que impera en la industria cinematográfica.

Las opiniones de Eastwood y sus intervenciones en mítines del Partido Republicano le han otorgado su fama como el conservador por excelencia de Hollywood. Cuando ha tenido oportunidad, siempre se ha definido como moderado.