Además de las clases diarias, DanceLive Europe organizó una gala de danza online en la que participaron, entre otros, la artista gallega Dores André, bailarina principal del Ballet de San Francisco, que bailó desde su casa, al otro lado de Atlántico. Junto con ella, otras figuras de las mejores compañías del mundo actuaron desde sus domicilios en Omán, Emiratos Árabes Unidos, Suiza y Francia. Según Rubén Cabaleiro, este espectáculo fue una forma de reivindicar la importancia de la cultura en general y de la danza en particular. "Los teatros y el arte son algo de lo que en muchas ocasiones se piensa que se puede prescindir, aunque no sea así. El arte y la cultura son educación y, aunque no siempre se les da la importancia real que tienen, este confinamiento nos ha mostrado que son algo de lo que no se puede prescindir", sostiene el bailarín solista del Ballet del Rin.

En su opinión, las administraciones deberían preocuparse más por la cultura, especialmente tras la crisis del coronavirus, que está pasando una gran factura al mundo del arte.

En el país en el que trabaja, Alemania, los espectáculos, en principio, están cancelados hasta el próximo mes de septiembre, y volver a los escenarios, al contacto con el público, es uno de los aspectos que más echa de menos el bailarín gallego, que con el Ballet del Rin ha actuado en muchos escenarios del mundo como el Teatro Real de Madrid.

La vuelta al estudio a nivel presencial ha evidenciado que, a pesar haber continuado entrenándose en casa, el confinamiento ha pasado su factura. "En casa no tienes las condiciones de espacio ni los suelos que requieres para entrenar sin riesgo a lesionarte. Practicar los saltos en casa no es beneficioso para las articulaciones", sostiene.