Marc Fumaroli, el más grande crítico, ensayista e historiador de la literatura del ámbito francés, murió ayer en París a los 88 años. Profesor universitario, académico, especialista emérito en la cultura francesa clásica, varios de sus ensayos contribuyeron a cambiar el rumbo de nuestra percepción del puesto de la cultura en las sociedades occidentales de finales del siglo XX y principios del siglo XXI. Sus primeros escritos comenzaron por revisar los cánones de la modernidad literaria. A partir de los años ochenta del siglo pasado, sus ensayos estuvieron consagrados de manera esencial a criticar las nuevas "perversiones", burocráticas y mercantilistas, que amenazan la cultura, las literaturas y la vida espiritual, en un sentido muy amplio.

Cuando triunfaba la "cultura de Estado", Fumaroli publicó uno de sus libros más famosos, El Estado cultural (1991), un ataque frontal contra el Estado de la cultura bajo la presidencia de Mitterrand. Fumaroli insistía en un punto central: el Estado se "extravía" y "corrompe" la cultura, cuando el poder político, a través de sus burocracias, convierte la cultura en una "herramienta" al servicio publicitario de los políticos de turno, siempre dispuestos a pagar con subvenciones y prebendas los "servicios prestados".