Katy Perry, de 35 años, está embarazada de su primera hija y con planes de boda (que tuvieron que ser aplazados por el coronavirus) con su pareja, el actor Orlando Bloom. Pero no siempre su vida fue tan luminosa. La cantante, que estuvo luchando contra la depresión, ha revelado que pensó en suicidarse después de que su relación con el que ahora es su prometido se rompiese en el año 2017. La decepción amorosa coincidió con un bache profesional y es que su disco Witness no tuvo la acogida que ella esperaba. "Había roto con mi novio, que ahora es el futuro padre de mi bebé. Y estaba emocionada por volar alto en mi siguiente álbum. Pero no volé alto, me estrellé", recordó la artista. "Mi esperanza es que algo más grande que yo me creó con un propósito y me creó por una razón, y que no soy desechable. La gratitud es probablemente lo que me salvó la vida", explicó.