| Antes de acudir ante la justicia belga para demostrar que era hija del rey emérito Alberto II de Bélgica, la artista Delphine Boël (52 años), que obtuvo el derecho a llevar el apellido Sajonia-Coburgo-Gotha y a ser reconocida como princesa y alteza real el pasado 1 de octubre, había intentado en numerosas ocasiones un acercamiento con el monarca.

Finalmente, este encuentro se produjo el pasado domingo en el Castillo de Belvedere, la residencia oficial, y en el mismo participaron el rey emérito; su esposa, la reina Paola, y Delphine, la hija que tuvo fruto de su larga relación extramatrimonial con la baronesa Sybille de Selys Longchamps.

Una reunión que la casa real belga presentó ayer como la apertura de "un nuevo capítulo, lleno de emociones, de alivio, de comprensión y también de esperanza", según señala el comunicado remitido a los medios y que suscriben los tres protagonistas.