Desde el seísmo provocado hace tres años por el depredador Harvey Weinstein, que abusó y violó durante décadas a decenas de mujeres desde su atalaya de superproductor de cine, Hollywood ha vivido en una plácida calma que ha venido a reventar uno de sus últimos aspirantes a galán, el actor californiano Armie Hammer, protagonista desde hace una semana de la prensa especializada y de tabloides ansiosos de carnaza. Nunca mejor dicho, pues han trascendido varios mensajes, supuestamente del guaperas de Call me by your name, difundidos por una internauta [@houseofeffie] en los que este le expresaba a través de una cuenta privada de Instagram sus deseos más sórdidos y caníbales, hablando de “beber sangre”, “comer corazones palpitantes” y masturbarse tras “romperle las costillas”. Una exnovia del actor le acusa de fetichista y dice ser a quien le quería “romper y comer” las costillas.