Cualquier coruñés que el lunes por la noche encienda la televisión y ponga La 1, se sentirá como en casa. El concurso Masterchef Celebrity se traslada, por primera vez, a A Coruña para realizar la prueba de exteriores. De la plaza de Lugo al restaurante Árbore da Veira pasando por la Torre de Hércules. Rincones que lucirán en la pequeña pantalla, aunque en algunas tomas se colaron la niebla y la lluvia. El pasado junio, el equipo de grabación del programa pasó varios días en la ciudad, en la que antes de la llegada de los concursantes, lució el sol.

Pepe Rodríguez, Luis Veira y Jordi Cruz posan junto al mar. | // RTVE

Luis Veira fue el encargado de realizar el menú, formado por cuatro platos, que tienen que hacer los aspirantes en los que el producto gallego es protagonista. El chef con Estrella Michelin ya ha participado en varias ocasiones en el concurso televisivo, pero es la primera vez que su restaurante sirve de plató.

Samantha Vallejo-Nágera conversa con Inés Rey. | // RTVE

El reparto de equipos —rojo y azul— por parte del jurado, formado por Pepe Rodríguez, Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nágera, y la presentación del menú se hizo en la Rosa de los Vientos, a los pies de la Torre de Hércules, mientras que la compra de productos fue en la plaza de Lugo. Las placeras disfrutaron de una jornada diferente, en la que los vecinos de A Coruña se acercaron, curiosos, a este punto de la ciudad para saber qué famosos forman parte del programa. Tamara, Samantha Hudson y Vanesa Romero ya han sido eliminadas. Entre los aspirantes que cocinan en el monte de San Pedro figuran Juanma Castaño, Terelu Campos, Victoria Abril, Yotuel, Miki Nadal y Veronica Forqué.

Para acceder a la grabación en el Árbore da Veira, para la que el Consorcio de Turismo abonó 49.428 euros, los invitados, entre los que se encontraba la alcaldesa, Inés Rey, tuvieron que firmar un contrato de confidencialidad —para no desvelar nada de lo ocurrido allí dentro— y pasar un test de COVID. El parque estuvo cerrado durante toda la jornada. Los comensales fueron distribuidos en varias mesas dentro del restaurante, con vistas a la ciudad, algo estropeadas por el mal tiempo, y desde ahí pudieron ver las cocinas instaladas junto al ascensor, donde se encontraban los concursantes, que en ningún momento accedieron al local a presentar sus platos. Samantha, con pendientes de langosta, actuó de maestra de ceremonias, conversando con todos y mandando vídeos a todo aquel que se lo pidiese. Una forma de entretener a los comensales, que esperaron demasiado tiempo por su comida, aunque entre los comentarios hubo de todo. Eso sigue siendo un secreto. Hasta el lunes, cuando se emita un programa en el que también participará la santiaguesa Ofelia en la primera prueba.