Si hay algo por lo que se caracteriza Amancio Ortega, a parte de ser uno de los hombres más ricos del mundo, es por sus donaciones. A través de su Fundación, se implica en un montón de causas sociales con las que busca favorecer a los que más lo necesitan. Además tiene una especial predilección por su ciudad y siempre que puede, pone en marcha proyectos que puedan desarrollarse en la ciudad de A Coruña.
La Fundación Amancio Ortega realizó su primer proyecto de envergadura en A Coruña, con la construcción de una nueva sede para la Institución Benéfico Social Padre Rubinos, una asociación sin ánimo de lucro que desarrolla programas de asistencia social en la ciudad y que tiene más de un siglo de historia. En esta ocasión, se destinaron 36,5 millones a la construcción de un edificio que incluía una residencia de mayores, una escuela infantil, un centro de día y un albergue social.
Ahora, la Asociación Padre Rubinos ha acabado en los tribunales por un complejo tema de impuestos. El Ayuntamiento de A Coruña y la institución benéfica litigan por ver a quien corresponde pagar el impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras, que asciende casi medio millón de euros.
La Sala de lo Contencioso condena a Padre Rubinos a pagar el impuesto o presentar un recurso de casación ante el Supremo para intentar evitarlo. Los magistrados consideran que la institución es la promotora de la obra y que pagó el edificio con "fondos propios que tenían su origen en una donación".
Esto convierte a Padre Rubinos, a juicio del tribunal, en el sujeto pasivo del impuesto al ser el "dueño de la obra", lo que no tiene por qué coincidir necesariamente con el propietario del inmueble. Los magistrados indican que "el hecho de que estemos ante una concesión gratuita" no impide aplicar la legislación vigente ni exime al concesionario de abonar el ICIO, aunque finalmente las obras reviertan el propio Ayuntamiento.
El Tribunal Superior de Justicia ha hablado así que ahora, solo queda esperar para ver quién es el encargado de pagar la cantidad demandada.
