Con la muerte de Ronnie Spector, víctima de un cáncer a los 78 años, cae el telón sobre una etapa gloriosa de la historia del pop. Con su desafiante peinado, su maquillaje excesivo y su voz imposiblemente melodramática, fue ella quien, al frente de las Ronettes, definió la imagen y el sonido de los grupos de chicas de principios de los 60, un género que propició la llegada de una mirada exclusivamente femenina (y muy joven) al corazón de la música popular. Instalada en el Olimpo de las cantantes eternas gracias a hits como Be my baby o Baby, I love you, extendió su influencia más allá de su tiempo y se convirtió en fuente de inspiración para artistas tan aparentemente dispares como los Ramones, Amy Winehouse y Lana del Rey.

No fue el menor de sus logros sobrevivir a un traumático matrimonio con Phil Spector, el artífice de sus mayores éxitos, un paranoico violento y controlador que acabó entre rejas por asesinato y cuyo apellido conservó tras el divorcio. Nacida en Nueva York en 1943 como Veronica Bennett, tenía 19 años cuando conoció al productor en una audición. Obnubilado por la magnética presencia y la peculiarísima voz de la joven, Phil Spector no dudó en ofrecer un contrato al grupo que Ronnie había formado junto a su hermana Estelle y su prima Nedra Talley, The Ronettes. De una histórica sesión de grabación el 5 de julio de 1963 salió una canción que llegó al número dos de las listas de ventas en Estados Unidos y que alcanzó la inmortalidad. Su título, Be my baby (el número uno lo ocupaban Jimmy Gilmer and The Fireballs con Sugar Shack; ¿quién se acuerda hoy de ellos?).

En los cuatro años siguientes, las Ronettes grabaron singles inapelables (Baby, I love you, (The best part of) Breaking up, Do I love you?, Walking in the rain...) y salieron de gira con los Rolling Stones y los Beatles, pero la progresiva pérdida del favor de la audiencia y las maniobras de un Phil Spector absolutamente obsesionado con Ronnie precipitaron el final del grupo en 1967.

Ronnie y Phil se casaron en 1968. Casi inmediatamente, él la obligó a aparcar su actividad artística y a permanecer recluida en su mansión angelina entre amenazas de muerte. En una de sus escasas salidas, grabó en 1971 Try some, buy some, composición de George Harrison bañada por Spector en arreglos wagnerianos cuyas decepcionantes ventas frenaron una carrera en solitario.

En 1972, descalza y asistida por su madre, Ronnie escapó del domicilio conyugal. Fracasó en su intento de resucitar a las Ronettes, pero con la ayuda de Bruce Springsteen y Steve van Zandt y el inesperado respaldo de la escena punk neoyorquina, en la segunda mitad de los 70 volvió a grabar y actuar, y ya no dejó de hacerlo hasta poco antes del final. En 1990, publicó su cruda autobiografía Be my baby, que, si los planes no se tuercen, será llevada al cine con Zendaya de protagonista.