Jennifer López y Ben Affleck planificaron al detalle su reboda (la boda en la intimidad fue en Las Vegas). Eran tres días, en una finca propiedad del novio en Georgia y la privacidad era prioritaria. De ahí los controles de seguridad en las carreteras que conducían a la casa y el veto a los medios de comunicación. Los invitados tuvieron que firmar un documento de confidencialidad en el que se comprometían a no difundir imágenes del enlace, garantizando la tranquilidad de los novios. Además, debían vestir de blanco.

Pero ni con todas estas restricciones se pudo evitar que se filtrara un vídeo. Un asistente grabó el momento en que, tras la ceremonia, JLo le dedicó a su marido una actuación musical especial, cantándole una canción inédita en la que le declaraba su amor. Las imágenes fueron publicadas por el portal TMZ y, pese a que las redes sociales estallaron de gozo tras ver la romántica y almibarada escena, la cantante no ha tardado en mostrar su enfado.

“Esto fue grabado sin permiso. Punto. Y quien lo hizo se aprovechó de nuestro momento privado. No sé de dónde lo han sacado porque teníamos ndas (non-disclosure agreement o en español, acuerdo de no divulgación) y les pedimos a todos que no compartieran nada de nuestra boda”, ha explicado la artista en Instagram. “Es nuestra decisión compartirlo, y lo haré cuando esté preparada. Esto fue robado sin nuestro consentimiento y vendido a cambio de dinero”, añade. A pesar del notable enfado, la pareja no ha dejado claro si emprenderán acciones legales en su contra.

Lo que sí ha hecho la artista es compartir en su canal On the JLo imágenes y reflexiones de ese día especial, que estuvo a punto de arruinar un virus intestinal. “A las 18.45 del sábado 20 de agosto, el sol se liberó y arrojó sus rayos como pequeños diamantes bailando sobre el río detrás del altar improvisado en nuestro patio trasero. El cielo era azul claro y nubes distantes de un blanco puro se aferraban al cielo. (...) Una brisa cálida barrió el césped donde se sentaban nuestros familiares y amigos más cercanos y, por fin, comencé a bajar las escaleras que se convertirían en el pasillo que me conduciría hacia el resto de mi vida”, comienza explicando. “Ben y yo hablamos de True Companion de Marc Cohn como la canción de amor perfecta para una boda en esta misma casa hace más de 20 años. Aunque Ben no lo sabía, le pedí a Marc que lo sorprendiera cantando en nuestra boda y fue encantador y generoso al venir”. Sin embargo, no fue ese el primer tema que interpretó sino The Things We’ve Handed Down, que sonó mientras la novia caminaba al altar con sus dos hijos y los tres de su pareja precediéndola.

“Los 20 años entre esos sueños de juventud y el mundo adulto de amor y familia que abrazamos ese día aportaron más a este matrimonio de lo que ninguno de nosotros podría haber imaginado. No solo nos íbamos a casar, estábamos casando a estos niños a una nueva familia”.