Galicia se está convirtiendo en un escenario perfecto para el crimen, televisivamente hablando. Después de títulos de series como Rapa, El desorden que dejas y El sabor de las margaritas, Amazon Prime Video explota la riqueza de los escenarios gallegos en Un asunto privado, su nueva serie española, que llega hoy con una mujer empoderada como protagonista.

Se trata de Marina Quiroga (interpretada por la actriz Aura Garrido), una joven de familia bien empeñada en atrapar a un asesino en la España de mediados de los años 40. Su mayordomo (Jean Reno), un hombre discreto y servicial con una gran sensibilidad, inteligencia y audacia, será su mayor aliado. Y también su Pepito Grillo, en esta historia que mezcla thriller, acción, aventuras y comedia a partes iguales, sin olvidar la reivindicación feminista.

Porque la protagonista es una atrevida joven de clase alta descendiente de una larga saga de policías cuyo sueño sería entrar en el cuerpo, algo completamente vetado en aquel momento para las féminas. “Tiene un carácter muy libre y una vocación más allá de lo que su entorno y la sociedad le dicen que debe hacer”, la define la propia Garrido. “Es un tipo de mujer no muy común para esa época, pero eso no quiere decir que no existieran. Hay muchos ejemplos a lo largo de la historia de mujeres que han desafiado las normas sociales”, recalca la actriz.

Su lucha por seguir su propio camino enfrentándose a los prejuicios de género es algo que su creadora, Teresa Fernández-Valdés, destaca que tiene mucho “de actual”, a pesar de que la historia esté ambientada muchas décadas atrás. “No es una serie de época para mi madre o mi abuela, sino que las niñas van a saber de lo que les estamos hablando porque hay muchos elementos y dificultades [para la mujer] que siguen presentes”, añade la también cofundadora, junto a su marido, de la prolífica productora Bambú (Las chicas del cable, Velvet, Fariña...), que aquí consiguió fichar a una estrella internacional como Jean Reno para uno de los personajes principales. “No fue difícil convencerle. Pero lo primero que dijo fue: ¿Dónde está Vigo?”, recuerda Fernández Valdés sobre la dificultad del actor francés de orígenes españoles para situar en el mapa la ciudad que concentraría la mayor parte del rodaje.

El muro con el que se choca Marina a la hora de dedicarse a la carrera policial no es un impedimento para inmiscuirse en la investigación del caso de un asesino en serie que lleva tiempo matando a mujeres y al que los agentes todavía no han logrado echarle el guante. Las víctimas son prostitutas y sus cadáveres han sido marcados por el criminal justo después de morir con la imagen de una flor de lis, símbolo de pureza.

La historia bebe de los relatos de Sherlock Holmes y Agatha Christie e incluso de los asesinatos de Jack el Destripador, aderezándolos con multitud de secuencias de acción, persecuciones, aventuras y gotas de comedia. Una especie de juego del Cluedo que hace que el espectador sospeche a lo largo de los ocho capítulos de todos los personajes.

“Creo que son Sherlock y Watson unos referentes muy claros y muy obvios —dice Aura—, pero son personajes y dinámicas muy diferentes. No tienen nada que ver Sherlock con Marina ni Watson con Héctor. Son seres muy distintos aunque puedan tener muchas cosas en común, y la dinámica, su relación y cómo se conocen también es diferente”.

En el juego de la ficción también participaron los propios actores, que a lo largo del rodaje no sabían quién era el asesino (excepto el intérprete que desempeñaba ese rol). “Está muy bien pensado, porque si sabes desde el principio algo así te va a condicionar”, apunta Ángela Molina, que da vida a la madre de la protagonista, una viuda empeñada en buscarle marido y en alejarla de los peligros que conlleva la investigación de un asesinato. “Asunción, mi personaje vive al margen de todo. Está en su casa, con su botellita y teniendo muchos planes”, explica entre risas sobre una mujer a la que, en realidad, “nada le es ajeno”, y cuya mayor preocupación es que “su hija tenga la libertad para escuchar su propia voz”. Esa que llevará a Marina a ponerse el traje de detective y traer de cabeza a todo aquel que se cruce en su camino.

Sin rastro del franquismo

Algo en lo que coincide con su otro hijo, el mayor obstáculo de Marina a la hora de llevar a cabo sus pesquisas al margen de la policía. Básicamente, porque su hermano es el comisario que está llevando el caso. “Es alguien autoritario en la comisaría y en la familia, sin la capacidad de dialogar”, explica Pablo Molinero, el actor que lo interpreta. El reparto se completa con nombres como Gorka Otxoa, Álex García y Tito Valverde, miembros también del cuerpo policial en una época, los primeros años del franquismo, en la que no contaba con presencia femenina.

La serie, sin embargo, no hace ninguna mención a la dictadura. “Hacer una serie de entretenimiento y de aventura y meter a Franco era tan poco sexi...”, justifica la creadora. “Teníamos que generar nuestro propio universo, igual que Tintín tenía el suyo cuando iba al Congo o el de Indiana Jones en Berlín, que no creo que fuesen así”, añade David Pinillos, director de Un asunto privado.