Penélope Cruz recibió ayer el Premio Nacional de Cinematografía 2022, en el marco del Festival de Cine de San Sebastián, de manos del ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta. Era uno de los pocos galardones que le quedaban por recoger después de hacerse con un Oscar, un BAFTA, una Palma de Oro, un Cesar de honor, un David de Donatello, tres Goya y, el más reciente, la Copa Volpi de la Mostra de Venecia por Madres paralelas, de Pedro Almodóvar, convirtiéndose en la primera intérprete española en conseguirlo.
La actriz dedicó el premio a sus dos hijos y a su marido, Javier Bardem, con lágrimas en los ojos, a su madre y a su padre, fallecido en 2015. “Sin vosotros, nada de esto hubiera ocurrido. Me apoyasteis desde el principio a hacer realidad mis sueños y habéis sido siempre comprensivos, un modelo de entrega y de referencia para mí y mis hermanos”. Por eso recordó cuando era una niña en Alcobendas y fantaseaba con actuar. “El cine siempre ha sido la pasión de mi vida”. También tuvo palabras de agradecimiento para algunas de las personas que han tenido una importancia crucial en su trayectoria, como su representante Katrina Bayonas, sus maestros de interpretación Cristina Rota y Juan Carlos Corazza, los cineastas Pedro Almodóvar, Fernando Trueba y Bigas Luna, con el que debutó hace 30 años en Jamón, jamón, la película que supuso su descubrimiento y la que le dio la oportunidad de convertirse en una de las jóvenes intérpretes con una mayor repercusión en nuestro país a lo largo de la década de los 90.
A partir de ese momento, su estela no paró de crecer hasta que, después de protagonizar La niña de tus ojos, dio el salto a Hollywood de la mano de Stephen Frears en Hi-Lo Country. Sin embargo, nunca abandonó nuestra cinematografía, fue alternando proyectos nacionales e internacionales y consolidó su relación profesional con Pedro Almodóvar que abarca, desde Carne trémula a la reciente Madres paralelas. “Es sin duda una de las personas que mejor ha relatado nuestro país, una figura imprescindible para entender el cine del presente”, dijo Penélope Cruz sobre el director manchego. El ministro Miquel Iceta, unos minutos antes, había afirmado que Penélope Cruz ha dejado una huella en el patrimonio artístico español que durará para siempre. “No actúa, sino que encarna, esculpe”. También Goya Toledo y Luis Tosar subieron al escenario para dedicarle un pequeño homenaje a su amiga y compañera y dejar constancia de que, además de una gran actriz, es todavía mejor persona.
El Premio Nacional de Cinematografía le llega a Penélope Cruz en un momento muy dulce de su carrera, después de su cuarta nominación al Oscar, un galardón que ganó en 2009 por Vicky Cristina Barcelona, y de su decisión de implicarse más en la producción a través de un cine comprometido, como demuestra En los márgenes, película que se presentó en el pasado Festival de Venecia y que supone el debut detrás de la cámara de Juan Diego Botto.
La actriz también anunció que la dotación económica del galardón, que consta de 30.000 euros, irá destinado a causas sociales. Un tercio para la Plataforma de los Afectados por la Hipoteca, otro tercio para la unidad CRIS contra el cáncer del Hospital La Paz de Madrid, y el último para el fondo asistencial para los actores en precariedad de AISGE, una iniciativa creada por su suegra, Pilar Bardem.
