50 desfiles. Ahí es nada. Hace 25 años que Ángel Custodio Dalmau Salmons, más conocido como Custo Barcelona (Tremp, 1959), pisó por primera vez la pasarela de la entonces emergente New York Fashion Week (NYFW), que empezaba a despuntar frente a citas referentes como París y Milán. Entonces ya consiguió su primer hito como diseñador: ser el único europeo invitado por la organización a compartir espacio con otras 39 firmas norteamericanas que pusieron los cimientos de la que hoy es cita ineludible para toda la industria. Aquel histórico desfile y la página que The New York Times dedicó a la customanía marcaron el destino de la firma para siempre.

‘Total look’ con unas gafas también de Custo. | // N.Q.

“Cincuenta desfiles fuera de casa, y en Nueva York, es un logro de la constancia”, subraya a este diario el diseñador, que lleva 42 años de carrera a sus espaldas, y marcando la moda con un sello inconfundible. “Ha sido un largo y emocionante viaje del que tenemos buenísimos recuerdos”, explica el modista, cuyas rompedoras y coloridas camisetas conquistaron el mercado estadounidense cuando los estilistas de series como Friends o Sexo en Nueva York empezaron a vestir a sus famosos con ellas. Desde entonces, el mercado estadounidense ha seguido siendo su nicho principal. “Nueva York aporta proyección internacional y es nuestra segunda casa”, reconoce el diseñador, eternamente agradecido a la ciudad de los rascacielos: “El conocimiento de la firma nace allí. Le debemos mucho”.

El diseñador Custo Dalmau. | // N.Q./EFE

El pasado febrero Custo Barcelona volvió a Nueva York después de ausentarse dos años debido a la pandemia con una colección atrevida que invitaba a “encender la luz” e ir “a por todas con la moda”. Reunió a 600 incondicionales, bajo los focos y el ambiente disco del salón de baile Ziegfeld Ballroom, en el centro de Manhattan. Unas 40 piezas de tejidos brillantes, irisados y reflectantes combinados en patchwork y superposiciones que dejaban a la vista la piel.

Aunque ha desfilado en “muchísimas pasarelas de todo el mundo a lo largo de estos años”, explica, desde São Paulo a Moscú, pasando por Berlín, Londres y Shanghái, y cada una tiene su personalidad y aporta su propia visibilidad en diferentes mercados, Dalmau asegura que “la proyección global que proporciona una plataforma como Nueva York es difícil de encontrar”.

Mucho ha llovido desde ese 1997. Desde desfiles que casi no llegan a celebrarse ante la amenaza de cancelación de los bomberos de Nueva York por exceso de aforo, los que milagrosamente tuvieron lugar en medio de tormentas de nieve históricas, hasta el que nunca llegó a celebrarse un tristísimo 11 de septiembre de 2001 con el ataque a las Torres Gemelas. “Siempre nos hemos sentido muy bien acogidos en la ciudad. Además tenemos un público muy fiel en EEUU, nos valoran mucho. Ha sido un trabajo de ir sumando poco a poco”, asegura el diseñador.

Custo Dalmau presentó hace unos días Sun o’clock (Cita con el sol), una colección para la próxima primavera-verano dedicada a la imaginación, con innovador patronaje y arriesgada selección de materiales. De microvestidos —con aberturas de formas geométricas— a maxivestidos con macrogeometrías. Sobre la pasarela, la modelo Águeda López, mujer del cantante Luis Fonsi, brilla especialmente con las propuestas del modista catalán.