Ana Rujas y Claudia Costafreda | Artífices de ‘Cardo’

“Esta segunda temporada de ‘Cardo’ es mucho más salvaje”

“Creemos que la serie queda cerrada y ahora cada una explorará cosas distintas”

Ana Rujas y Claudia Costafreda.  | // TAMARA ARRANZ

Ana Rujas y Claudia Costafreda. | // TAMARA ARRANZ / Marisa de dios

Marisa de dios

Ana Rujas y Claudia Costafreda han formado un tándem efectivo en Cardo, donde ejercen como creadoras, guionistas, protagonista (la primera) y directora (la segunda). La serie se llevó un Ondas, dos premios Feroz y fue elegida por la revista estadounidense Variety como la tercera mejor ficción internacional de 2021. El pasado domingo, Atresplayer Premium estrenó la segunda temporada, con la que cerrarán definitivamente la historia de María, la treintañera que desciende a los infiernos. Si en la primera entrega estaba enganchada a una vida de excesos (drogas, sexo) y un desgraciado accidente la sumergía aún más en el pozo, en esta segunda pone todo su empeño en alcanzar la redención y reinsertarse en la sociedad tras salir de la cárcel. Se aferra a la fe y a las enseñanzas de Santa Teresa de Jesús.

¿En la primera temporada ya había mucha simbología religiosa. ¿Cómo llegaron hasta Santa Teresa de Jesús?

Claudia Costafreda: A través de Lluís Sellarès, otro guionista, que nos ayudó a que esta nueva María tuviera algo a lo que aferrarse. No es tanto una devoción profunda en sí, no es que sea una experta en Santa Teresa, sino que es una vía para buscar la salvación. También es un punto de unión con su compañera de la cárcel. Además, hace que sigamos tirando del hilo de este universo de simbología religiosa que ya recogimos de la primera temporada y que podamos concretarlo en otra cosa un poco diferente, que no sea tanto la procesión y la Virgen, sino Santa Teresa.

¿Por qué decidisteis centraros en ella al salir de la cárcel?

Ana Rujas: Queríamos hablar no tanto de la experiencia en la cárcel o cómo estuvo dentro, sino en cómo es salir con un estigma.

Ahora tiene un objetivo: ayudar a su amiga de la cárcel a que se reencuentre con su hija.

C. C.: Necesitábamos un motor y ese objetivo nos ha servido.

Cuanto más dice María que está genial, más ves que no es verdad.

A. R.: Es como en la vida, que también dices que estás genial cuando no lo estás. La diferencia es que esta vez María está poniendo toda su voluntad para realmente estar bien y si para ello hay que repetir esa frase, pues la repetirá.

C. C.: María tiene esa mancha, pero quiere demostrarle al mundo que puede adaptarse y volver a integrarse. Esa intención continua le hace decir todo el rato: “Estoy bien, no me mires así, no me juzgues”, con cara de pena.

¿Necesitaban ser tan explícitas con las escenas de sexo y drogas?

A. R.: Esta temporada es más salvaje porque María está más fuera de la realidad ahora.

Ahora se ha vuelto adicta a las pastillas que le recetaron en la cárcel, a las drogas legales, como dice ella. ¿Por qué este giro?

C. C.: Nos parecía interesante retratar ese tipo de consumo. La temporada pasada era la cocaína, una cosa más relacionada con la noche, con ser joven y tener tu vida, y en esta creíamos que era mucho más interesante poner en tela de juicio cómo eso también puede ser una droga.

A. R.: Queríamos retratar otro tipo de consumo con este tipo de sustancias, muy a la orden del día para superar ciertas situaciones. Para estar bien, en realidad.¿La historia de María se cierra en esta segunda temporada? ¿Seguirán trabajando juntas?

A. R.: Creemos que queda cerrada aquí y ahora cada una explorará otras cosas distintas.