Ingeniero industrial de profesión, profesor y escritor en sus ratos libres, Leopoldo Abadía afirma no tener ni idea de economía, aunque a sus casi 80 años ha saltado a la fama por hablar de ella. Su secreto: explicar al ciudadano de a pie los entresijos del complejo mundo financiero con sensatez, optimismo y en clave humor.

P- Algunos analistas afirman que España está abocada a la intervención.

R- Yo creo que estamos intervenidos desde el 12 de mayo de 2010, día en el que Zapatero anunció el famoso "he decidido hacer un severo plan de ajuste". Él no decidió nada. Lo decidió Merkel, Obama... que son los que se preocuparon por la situación española. Luego la Merkel dijo que teníamos que cambiar la Constitución. Y la cambiamos. La intervención ya es efectiva. En cuanto a lo que significa el rescate, no creo que cambiara mucho las cosas tal y como están... que están muy feas.

P- Pedir un crédito se ha convertido en una odisea.

R- Los bancos tienen tanta porquería que todo dinero que reciben lo usan para intentar tapar sus vergüenzas. Su actitud y comportamiento es irresponsable. Deberían empezar a depurar responsabilidades. Por eso digo: hasta que no fluya el dinero hacia las pequeñísimas empresas esto no se arregla. Casi es mejor pedir prestado a amigos o familiares...

P- La gente teme perder sus ahorros, ¿hay realmente un riesgo de quiebra de la banca? Se ha hablado incluso de un posible ´corralito´.

R- No he hecho mucho caso a Paul Krugman con eso del "corralito europeo". Pero él es Nobel de economía y yo no lo soy. Ni lo seré, a este paso. Los bancos deben ser saneados, entre otras cosas, porque tienen nuestro dinero. Si no los salvan hay riesgo de que perdamos nuestro dinero. Así de simple. Por otro lado, las empresas necesitan tener crédito para funcionar. Otra cosa es que, además, esto sirva para ajustar las tuercas al sector bancario. Se acabó el hacer lo que les dé la gana.

P- No es, entonces, buen momento para invertir.

R- Mete el dinero en lo más parecido al colchón, como diría mi mujer. No es momento de experimentar. Hay que guardar el dinero en productos que entiendas perfectamente y sepas explicarlos sin papeles. Si no entiendes a tu banco, sal corriendo.

P- ¿Cree que los recortes del Gobierno ayudarán a resolver la crisis o, por el contrario, la empeorará?

R- Son realmente duros, pero están en el buen camino. La reforma importante es la financiera. La laboral es la más mediática, provoca huelgas, etc... pero la fuerte, la que tiene que ayudar a las empresas a crear empleo es la financiera. En cuanto a los ajustes en sí, son muy dolorosos pero necesarios. Y habrá más.

P- Subidas de impuestos, más recortes?

R- Será todo más duro aún y claro que subirán los impuestos y habrá más recortes. Pero insisto en que vamos por la buena línea, la salida está más cerca, aunque muy, muy, muy lejos aún.

P- La ciudanía parece estar en estado de 'shock'. El 15-M se ha ido desinflando y da la sensación de que se ha instalado en la sociedad un cierto inmovilismo.

R- Por eso defiendo la "revolución civil" (que no significa quemar contenedores). Esa revolución implica que nos hagamos mayores de una vez: basta de quejas y de esperar que nos salven, que nos hagan todo, que nos rescaten, que nos subvencionen... y que nos toreen los bancos, nos vendan cualquier producto... aprendamos a decir ´NO´ de forma que la sensatez y la honestidad vayan por delante.

P- Muchas empresas agonizan, ¿reinventarse o morir?

R- Suelo hablar con empresas que están en situaciones complicadas. Puede ser que haya que reinventarse, revisar qué se vende, mejorar, conseguí reinvertir de alguna forma, ajustar gastos... Las pequeñas empresas son las que nos sacarán de la crisis. No lo harán las grandes multinacionales, sino las luchadoras que son pequeñas y medianas y que conocen a cada empleado por su nombre. Es el momento de los emprendedores.

P- Se teme una fragmentación en la Unión Monetaria con la posible salida de Grecia del euro.

R- Europa es una locomotora vieja y lenta que debe pasar por una ITV general. Debe reinventar sus objetivos, revisar su pasado, establecer criterios firmes y aspirar a lo que simplemente puede aspirar. Los países europeos no son iguales, pero pueden ser hijos de Europa sin problemas. Es posible que acabemos tendiendo a un ministro europeo de finanzas y que en cada país haya un contable con el que pase cuentas.

P- Hay quien echa de menos la peseta.

R- Yo siempre digo que habría que volver a la peseta un día al año, para que nos diéramos cuenta de cuánto valen las cosas, que la inflación ha sido espectacular. Aún así, tampoco creo que la solución sea recuperar la antigua moneda.