Desgraciadamente no es tan infrecuente y todos aquellos que tienen mascota han pensado alguna vez cómo deberían actuar en caso de que ésta sufriera un atragantamiento con un hueso u otro objeto.

Tranquilidad

Lo más probable es que no puedas llegar a tiempo al veterinario por lo que, en caso de que se observe que el perro comienza a toser incesantemente tras haber ingerido algo, deberás actuar con rapidez y habilidad de la siguiente manera:

Lo primero es intentar calmar al animal con palabras amables y caricias, algo complicado ya que, seguramente, en el dueño también comiencen a aflorar los nervios. El primer paso, como apunta www.srperro.com, será abrirle la boca y, si se observa aquello que le está dejando sin respiración, retirárselo con la mano, siempre con especial cuidado de no causar el efecto contrario y meterlo más adentro. Precisamente por ello, otras teorías hablan de que no es conveniente meter la mano, ya que ello podría provocar una menor entrada de aire.

Otra opción, como indica 'Consumer', es agarrar las patas traseras del perro o gato y colocarle boca abajo, intentando así que expulse el alimento u objeto.

Maniobra de Heimlich

Si con esto no es posible solucionarlo, habrá que realizar, al igual que sucede con las personas, la maniobra de Heimlich. En las mascotas, los pasos serán los siguientes: Ésta deberá estar de pie o tumbada y, una vez así, se deberá abrazarla alrededor de su cintura. Las manos deberán estar juntas y, una de ellas, formando un puño, justo por debajo de su caja torácica, a la altura del abdomen, que será la parte que has de apretar rápidamente en fases de cinco ocasiones cada una. Se debe realizar correctamente, pues apretarle el estómago no servirá de nada.

Otros tipos de maniobras consisten en coger al perro o gato en brazos, como a un bebé, y abrirle las patas delanteras hacia afuera, facilitando un mayoir espacio de sus vías respiratorias. No obstante, como recuerda 'Consumer', el animal podría asustarse más debido a la falta de contacto con el suelo y, por tanto, comenzar a respirar con mayor dificultad. Este problema será sobre todo problemático en gatos, cuya reacción ante una situación de este tipo, es más impredecible.

Siempre acudir al veterinario

Si, desgraciadamente, esta opción tampoco ha funcionado, como señala www.srperro.com, lo último que puede hacerse es dar un golpe con la palma de la mano entre los omópltos para, a continuación, aplicar de nuevo la maniobra de Heimlich.

Aunque finalmente hayas podido extraer aquello que le estaba obstruyendo, debes acudir seguidamente al veterinario para que verifique que todo está correcto y extraer pequeños restos que puedan seguir dentro. Una vez allí, nunca está de más solicitar consejos e, incluso, consultar si conoce algún sitio en el que se den clases para actuar ante estas situaciones.