Tras el éxito de Madrid, Nueva York y Milán, la Fashion Week se traslada a la capital de Francia para inundar sus calles de moda y acoger a los diseñadores más importantes de los últimos tiempos. Y es que, sin duda, esta es una de las citas más esperadas por los fashionistas...

El certamen arrancó el martes con los desfiles de "prêt-à-porter" para primavera-verano 2013 de Fatima Lopes y Veronique Branquinho, que estuvieron protagonizados por los elementos naturales.

La isla de Madeira ha sido la fuente de inspiración de la creadora portuguesa Fatima Lopes, que recreó el ambiente tropical, con muros vegetales y cantos de aves, en una de las salas del céntrico Teatro de Châtelet de la capital francesa.

"La referencia de esta colección es la isla en la que nací, el sol, el mar, los pájaros. Tiene mucho de mí", aseguró Lopes a Efe tras la presentación de unas prendas de colores sólidos que se complementan con delicados y abstractos estampados florales.

El verde agua y el oliva dieron los primeros pasos en unos vestidos cerrados hasta el cuello con amplios escotes en la espalda; el juego con las aperturas, a las que beneficiaban los cortes geométricos, fue una constante del espectáculo.

Fatima Lopes, quien describió su colección como "muy fuerte, muy femenina, muy chic", utilizó las flores como "leitmotif" que también se adueñó de los complementos: zapatos, cinturones, brazaletes y collares se inspiraron en la imagen de calas doradas a tamaño natural.

Con la idea de crear unas prendas "para una mujer a la que le gusta ser mujer y a la vez es muy fuerte, glamurosa y elegante", la diseñadora llevó las pinzas hasta su máxima expresión, ya sea en una falda como en un pantalón capri.

Los colores de la naturaleza fueron dejando paso a un negro que resaltaba las pinceladas tropicales de la flora en tonalidades fluorescentes de azul eléctrico o violeta.

Las hombreras maxi, simétricas o en solitario, o los boleros con manga kimono fueron otras aportaciones de la portuguesa.

Esta primera jornada también ha destacado por el regreso de la diseñadora belga Veronique Branquinho, quien retoma su marca gracias a la colaboración con el grupo italiano Gibò.

Los tonos tierra, en algunos casos metalizados, y los juegos entre el blanco y el negro han destacado en una colección de prendas holgadas y elegantes, con un gran protagonismo de la gasa plisada y las mangas enormes.

El también belga Jean Paul Lespagnard ha presentado una colección de "prêt-à-porter" étnica, un safari carnaval con llamativos estampados geométricos.

Pantalones anchos de corte simple, vestidos de cóctel y monos inspirados en África han aportado alegría y calor a la semana de la moda.

Por su parte, otros que ya han mostrado también sus propuestas en París han sido Guy Laroche, Felipe Oliveira Baptista y Alexis Mabille, que han imprimido su relación con la cultura urbana en sus colecciones "prêt-à-porter" primavera-verano 2013.

La casa Guy Laroche apuesta por una mujer elegante, cuyas prendas llevan impresos los colores de Los Ángeles -azul marino, gris, blanco o el rosa del atardecer-, como defendió en su desfile que se celebró en un espacio acondicionado en el jardín de las Tullerías.

Además de la ciudad californiana, el modisto franco-sueco Marcel Marongiu ha tomado como referencia Brasilia y la arquitectura de Oscar Niemeyer, como se puede apreciar en unos estampados geométricos y "futuristas", como explicó tras la muestra.

El "prêt-à-porter" de Guy Laroche se caracteriza por la elegancia y la sofisticación que aportan unos cortes regulares, en ocasiones alterados por colores inesperados, como puede ser el forro de la chaqueta o la imprensión amazónica de los tejidos que combate la sobriedad cromática.

"Una colección es como un cuadro: vemos el conjunto y tiene que tener sentido, pero también algo que sorprenda. De ahí los toques de color", comentó Marongiu.

Las faldas y vestidos bajan hasta la rodilla, los "shorts" se convierten en bermudas y los pantalones destacan por la altura de su cintura, mientras reducidos "tops" se adueñan del torso femenino.

El "graffiti" y el "hip hop" han sido la fuente de inspiración del diseñador portugués Felipe Oliveira Baptista, quien confesó a Efe su interés por "la libertad, la novedad y la espontaneidad que estos movimientos tuvieron al principio".

Esta actitud queda reflejada en el "caos" y la "alegría" de unos modelos geométricamente desiguales, en un "patchwork" de texturas, colores y retales.

Los pantalones "baggy" y los vestidos tipo camiseta son un "must" de la casa del estilista portugués, también director artístico de Lacoste, para la primavera-verano 2013.

Las aperturas espontáneas de las prendas desembocan en gasas con estampados de animales que se ajustan a la piel, mientras las mangas kimono moldean los modelos.

El cuero, el crepé, la seda y el nailon translúcido asumen la multiplicidad cromática: desde el azul marino, el blanco y el caqui, hasta "colores más fuertes, casi primarios" que terminan entremezclándose en una inmensa paleta.

"Las camisas de hombre con hombros exagerados, las chaquetas masculinas y los pantalones anchos" evocan el universo varonil, como explicó Felipe Oliveira Baptista, quien reconoció que sus modelos reflejan la tensión entre lo masculino y lo femenino.

El ambiente de una gran ciudad, como París cuando se vacía durante las vacaciones de verano, ha inspirado al francés Alexis Mabille, cuya colección de "prêt-à-porter" presentó a orillas del Sena.

Los cuadros "vichy" han sido el denominador común de vestidos, pantalones, camisas y chaquetas en el afán del diseñador por jugar con lo campestre de estas geometrías y oponerlas al rasgo urbanita de la colección.

Alexis Mabille aseguró a Efe que quería "romper los códigos del romanticismo" con estas prendas que se mueven entre el rosa palo y el azul cielo con violentas irrupciones de negro.

Los recurrentes encajes y bordados, las largas faldas "gipsy" y las joyas inspiradas en el siglo XIX hacen que esta colección sea "atemporal", como expresó su creador.

Por su parte, el belga Dries Van Noten desfiló en la pasarela parisiense con unos modelos de reminiscencias masculinas en las que el tartán y las flores han sido la nota dominante, además de tonalidades oscuras en prendas "oversize" para una colección "grunge".

Fuera del circuito oficial, la joven diseñadora francesa Léa Peckre, avalada por el Premio del Festival de la Moda de Hyères 2011, otorgado por un jurado presidido por Raf Simons, ofreció su primer desfile en París.

"A light in the dark", colección que tiene previsto comercializar, juega con las luces y sombras de un trayecto en coche, en la oscuridad de la noche, en medio del bosque.

"Hay una energía, un ambiente que me llama mucho la atención, muy cinematográfico", explicó a Efe Léa Peckre, quien se dio a conocer el año pasado con unos modelos que se inspiraban en los cementerios.

El negro está omnipresente en unos vestidos que envuelven el cuerpo, el cual se imagina a través de las transparencias que presentan "a la mujer de forma más sutil, más femenina", precisó la creadora.

En el vientre o en los laterales de la espalda surgen destellos de luz que evocan el follaje nocturno en un "grafismo vegetal geométrico, deconstruido" que incluso aporta un toque animal a la prenda.

Léa Peckre juega con las chaquetas, las hace funcionar como abrigo y vestido al mismo tiempo o las desarrolla hasta conseguir un bolero-frac que termina cuando la falda deja al descubierto la pierna.