Uno solo de los muchos modelos de bolso que tiene Longchamp justifica el despliegue de medios que ha requerido su campaña de publicidad de la temporada que comienza. Le Pliage (el plegable, en traducción literal) es un bolso del que se han vendido 26 millones de ejemplares en su versión original, lanzada en 1993 y cuya estructura se basa en la técnica japonesa del origami, que consiste, como se sabe, en doblar hojas de papel para transformarlas en animales y otros objetos en tres dimensiones.

Así, el bolso, que se hacía inicialmente con tela de nailon ligera y sólida, de colores vivos y rematado con cuero ruso, ha ido incorporando con el tiempo otros materiales y, sobre todo, colores distintos cada temporada. Los avances tecnológicos adoptados permiten lanzar en el 2012 Le Pliage en una piel mestiza tan lisa, flexible y fácil de doblar como su legendario precursor.

Esta primavera-verano el acento se pone en la línea Héritage, hecha completamente en piel en los tonos más esenciales de rojo, amarillo y azul. Son estos los que exhibe la modelo chino-británica Alexa Chung tanto en el vídeo como en las fotografías promocionales de Longchamp, como viene haciendo desde hace tres años. "La elegimos porque es una mujer con una elegancia y un estilo naturales", explica Marie-Sabine Leclercq, directora internacional de comunicación de Longchamp.

La es imagen perfecta cuando se quiere explicar un bolso que también responde a ese concepto de simplicidad. Plegado no ocupa más que un libro de bolsillo y es ligero y resistente a la vez, indican en la firma de marroquinería francesa, fundada en 1948 por Jean Cassegrain, y cuyos herederos aún siguen al frente de la compañía. Se vanaglorian en la empresa de seguir siendo artesanos y extremadamente atentos a la producción de las piezas y a todo cuanto rodea al producto.