Tener el pelo graso puede resultar muy molesto. Primero porque uno pretende tener siempre bien el pelo y, a pesar de mantener una higiene adecuada, no puede lograrlo. Y luego porque, estéticamente, llegado un determinado punto, puede resultar hasta incómodo a la vista, aparte de difícil de arreglar y de mantener el peinado que a uno le gustaría.

Se trata de pelos apelmazados, aplastados, sin volumen, sin brillo, "incluso con un olor característico, como a rancio", afirma a Infosalus la doctora María Agustina Segurado Rodríguez, jefa de la sección de Dermatología del Hospital Universitario del Sureste de Madrid.

"Es un pelo más fino y con tendencia a la caída. Además, el exceso de grasa puede irritar la piel del cuero cabelludo y producir fenómenos de dermatitis con picor, inflamación y descamación", señala la especialista.

Según indica, el aumento de secreción sebácea de la piel, comúnmente conocido como 'pelo o piel grasa', se debe a un exceso de producción de las glándulas sebáceas. "Éstas se distribuyen por todo el tegumento acompañando al folículo piloso. Hay que exceptuar las palmas de las manos y las plantas de los pies. Hay que destacar que son más numerosas en zonas como la cara y el cuero cabelludo, especialmente en el género masculino", añade.

Tanto en la distribución de las glándulas, como en su exceso de producción, la doctora Segurado dice que existe un factor hereditario, de forma que la piel o el pelo graso se heredan dentro de los miembros de una misma familia.

"La causa más frecuente de la seborrea es la herencia genética, ya que existe una tendencia hereditaria a tener más cantidad, y más producción de sebo según familias. También, el número de glándulas sebáceas, y la producción de sebo depende del sexo, siendo más numerosas en los hombres", advierte la dermatóloga.Influencias del pelo graso

Además, la especialista del Hospital Universitario del Sureste de Madrid precisa que la secreción de grasa puede estar influida por alteraciones hormonales como la pubertad, los cambios premenstruales, y algunas patologías como el ovario poliquístico. "Otros factores como el estrés nervioso, y también algunos medicamentos, pueden incrementar la grasa sobre la piel", añade.

A su juicio, otro aspecto a subrayar también es el uso de productos cosméticos inadecuados, como algunos tipos de champú demasiado agresivos, acondicionadores, gominas o fijadores del peinado, que pueden ser el origen de un cabello graso. Por otra parte, alerta de que algunas profesiones que usan gorros para su trabajo o que ejercen en un ambiente húmedo y caluroso pueden tener problemas de seborrea.

Con todo ello, la especialista aconseja:

1.- El pelo debe lavarse según necesidades: a diario o cada 2 días, según el exceso de grasa. "Lo importante es que el cuero cabelludo esté limpio y evitar que aparezcan problemas secundarios como pueden ser picores, dermatitis o caída del pelo", indica.

2.- Usar champú específico de tratamiento 2-3 veces a la semana, y combinar con un champú suave de uso frecuente en el resto de los lavados que se necesiten puede ser una buena solución. Según subraya, son eficaces los champús de arcilla blanca (caolin), los extractos de plantas como la ortiga, sabal, el aceite del árbol de té, mentol, romero, cítricos, propóleo, los de selenio y los derivados de la brea.

3.- Asimismo, considera que es preciso evitar el uso de acondicionadores y de productos de fijación del peinado (geles fijadores, ceras, lacas, entre otros productos), ya que contribuyen a ensuciar el pelo.

Finalmente, la doctora Segurado Rodríguez cree que es conveniente acudir al especialista cuando, a pesar de todas estas recomendaciones, no se encuentra ninguna mejoría. "Es entonces cuando es preciso analizar las posibles causas y es el momento de acudir a un especialista. También hay que ir si aparecen problemas asociados de dermatitis, o la caída del cabello, por ejemplo", sentencia.