Agatha Ruiz de la Prada ha cerrado la primera jornada de la pasarela madrileña con un desfile vital, lleno de color y fantasía como "resistencia a los tiempos que estamos viviendo", con una colección de telas "fabulosas", turbantes de inspiración africana y apliques de vidrio reciclado.

"En mi vida he tenido más tiempo para preparar un desfile y hacer una colección", ha explicado este jueves a Efe momentos antes del desfile Ágatha Ruiz de la Prada, y añadió "si me sale mal es para darme de bofetadas".

Ruiz de la Prada un torbellino en estado puro, ágil y dinámica, enlazaba, antes de que la pandemia paralizase el mundo, un avión con otro para presentar sus diseños en pasarelas de Europa, Estados Unidos o América Latina, hasta que el coronavirus la ha obligado a parar ese ritmo frenético.

La diseñadora confiesa estar "feliz" de que la pasarela madrileña sea "casi el único superviviente de todos los eventos del planeta" y revela lo difícil que ha sido elegir a "solo" cuarenta invitados, teniendo en cuenta que sus desfiles siempre han sido multitudinarios.

"No me puedo imaginar un desfile con tan poco público", dijo Ruiz de la Prada que despidió la jornada con el desfile más luminoso y atractivo del día.

La diseñadora madrileña indica que comenzó la colección el día del confinamiento gracias a que previamente había adquirido 20.000 metros de telas "fabulosas" que la firma Delpozo puso a la venta.

Y con ese pedigrí aparecen sobre la pasarela túnicas de organza en tres colores, caftanes con estrellas, vestidos de algodón de azúcar, vestidos y faldas pareo.

A partir de ahí, ha creado una colección que transmite la energía positiva de sus diseños con colores intensos y una iconografía infantil, "con una estética muy africana, que llevaba muchos años persiguiendo", y cuya inspiración ha reflejado tras un viaje a Guinea Ecuatorial.

Naïf, "como los dibujos de un niño", en la que plasma su vena más ecológica y su defensa del medio ambiente. "Prendas muy 'agathatistas', mágicas con las que queremos transmitir que hay que ser positivos y trasladar lo mejor de cada momento".

"Tras la pandemia todo el mundo se ha concienciado sobre la necesidad de cuidar el planeta y eso está vinculado a confeccionar una moda sostenible", lo que la ha llevado a realizar en esta colección prendas con apliques de vidrio reciclado de la mano de Ecovidrio.

Los vestidos nacen con el protagonismo de adornos de flores, corazones, gotas, rayas, topos, letras y arcoíris dando al vidrio una segunda vida.

Sin viajes a la vista y con eventos y pasarelas que se cancelan, Ágatha Ruiz de la Prada se reinventa como colaboradora de televisión y radio. "Me adapto a estos momentos. No puedo dejar de hacer cosas. Me cuesta mucho bajar el ritmo", concluye la diseñadora.