Los ácidos grasos omega-3, que se encuentran en el aceite de pescados como las sardinas y el salmón y que en el pasado han sido alabados como una forma de mantener bajo control las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares (ACV), no serían tan útiles después de todo, revela un estudio griego.

Basándose en la revisión y análisis de pruebas clínicas previas que incluyeron a más de 68.000 participantes, los autores de un estudio publicado en Journal of the American Medical Association dijeron que los ácidos grasos no tienen impacto en la tasa de mortalidad general, en las muertes por enfermedad cardíaca o en ACV e infartos.

Esas conclusiones se dan tanto si los ácidos se obtienen de suplementos como pastillas o a través del pescado de la dieta, dijeron los investigadores, encabezados por Mosef Elisef, del Hospital Universitario de Ioannina.

"En general, los suplementos de omega-3 no estuvieron asociados con un índice menor de la mortalidad por todas las causas, enfermedad cardíaca, muerte súbita, infarto de miocardio o ACV basados en medidas relativas o absolutas de asociación", dijo Elisef y su equipo.

Hace una década, las pruebas médicas sugirieron que incrementar los omega-3, incluidos los ácidos conocidos como EPA y DHA, con alimentos o suplementos, tenía un fuerte efecto protector aunque no se comprendiera el mecanismo que operaba.

Los científicos citaron mejoras en los niveles de triglicéridos -un tipo de grasa en la sangre-, además de las mediciones de la presión arterial y los problemas del ritmo de corazón.

Sin embargo, desde entonces, esa imagen se ha modificado. A principios de este año, un grupo de investigadores coreanos halló que los suplementos de omega-3 no tenían efecto sobre la enfermedad cardíaca o sobre la muerte en virtud de lo acontecido con 20.000 participantes en exámenes anteriores.

El estudio actual evaluó los resultados de 18 pruebas clínicas que aleatoriamente hicieron que algunos participantes tomaran suplementos de omega-3 y otros no. Eso incluye dos pruebas en las que la gente recibió asesoramiento nutricional para aumentar su consumo de comidas ricas en omega-3.

Dado que las pruebas en los análisis griegos se remontan a 1989, los investigadores también consideraron si el creciente uso de estatinas y otros medicamentos podría explicar porqué los estudios no apoyaron los hallazgos iniciales. Pero Elisef y su equipo dijeron que ese no fue el caso.

Dado que quienes comen mucho pescado han resultado tener menos problemas cardíacos, los investigadores pensaron que quizás colocar los supuestos "ingredientes activos" en una pastilla podía proporcionar beneficios similares, dijo Alice Lichtenstein, directora del Laboratorio de Nutrición Cardiovascular de la Universidad de Tufts en Boston.

"Lo que hemos aprendido con los años es que no se puede pensar en ingredientes individuales aisladamente", añadió. Las personas que comen pescado a menudo no ingerirían otras comidas con más grasa, lo que hace que su dieta sea más sana.

En lugar de suplementos, Lichtenstein recomendó comer pescado al menos dos veces a la semana, tener una dieta variada rica en cereales integrales y verduras, hacer mucha actividad física y no fumar.