Varices. Todos hemos oído hablar de ellas y entre los lectores de esta tribuna habrá quienes las estén sufriendo en sus propias carnes - la estadística me respalda -. Sin embargo, no todos saben que la medicina ha realizado grandes avances en los últimos años para mejorar sus tratamientos. Un camino en el que se han obtenido excelentes resultados y cuyo mejor exponente es la afirmación que da forma al titular de este artículo: "las varices ya no pasan por el quirófano".

Pero situemos el problema antes de seguir. Las varices son venas que, debido al aumento de la presión sanguínea, se dilatan de forma permanente. Esta elongación o aumento de su tamaño tiene un doble efecto: el deterioro de la salud y, en segundo término, el puramente estético. Las varices no van a desaparecer espontáneamente nunca y, de no ser tratadas adecuadamente, pueden progresar dando lugar a complicaciones cuyo máximo exponente es la úlcera varicosa. Hablamos, por tanto, de una patología que deber ser evaluada y tratada medicamente.

Durante muchos años la ciencia médica se ha dedicado a investigar con intensidad las causas y posibles tratamientos de las varices. Desde hace décadas existen métodos que, con mayor o menor acierto, han intentado eliminarlas. Técnicas quirúrgicas como el Stripping - para la vena safena-, la Flebectomía ambulatoría - que actúa sobre varices de tamaño importante- o la técnica CHIVAS - Cirugía Hemodinámica de la Insuficiencia Venosa Ambulatoria -, han aportado soluciones para muchos de los casos en los cuales se veían afectadas venas de calibre más grueso.

Nueva generación de tratamientos

Pero la gran renovación en los tratamientos de las varices se produce a partir de la segunda mitad de la década de los noventa con la aparición de las técnicas de escleroterapia con Espuma o Microespuma, la irrupción de la tecnología láser - Endoláser Venoso y Láser Vasculary de la Radiofrecuencia. Técnicas, todas ellas, mínimamente invasivas y que nos permiten tratar a los pacientes de manera poco traumática ofreciéndoles una recuperación rápida y cómoda. La esclerosis con Espuma para el tratamiento de las grandes varices y el Láser Médico Vascular para el tratamiento de las varículas (varices de un calibre menor de 3 mm), por ejemplo, posibilitan que los pacientes vuelvan a su vida cotidiana de manera inmediata.

En Centro Dermatológico Estético disponemos de estas tecnologías y tratamientos lo que nos permite abordar la resolución del problema desde la doble perspectiva médico-estética. Se trata de mejorar los problemas de circulación de nuestros pacientes pero, también en la medida de lo posible, de devolverles a sus piernas el aspecto natural perdido. En definitiva, recuperaciones más rápidas, intervenciones menos traumáticas, nuevas técnicas, pero también efectividad. El resultado de los nuevos tratamientos se traduce en una media de un 97% de éxitos según los estudios publicados. Además, las series médicas demuestran que las recidivas o reaparición de la variz son menores que con la técnica clásica del stripping.

Una vez más, la tecnología y la investigación médica han conseguido mejorar los tratamientos haciéndolos más efectivos pero, también, más respetuosos con los pacientes. Este proceso no se ha terminado. Hoy podemos evitar tanto el quirófano como las principales molestias de un posoperatorio engorroso. Podemos actuar mejor y más rápido. Y todo es, en gran parte, el resultado de un gran desarrollo en los últimos 20 años. Conviene preguntarse pues, ¿qué no haremos en otros 20?