Lo quiero, lo cojo, no me sirve, lo veo, lo guardo, lo acumulo pero no lo tiro; lo dejo, me olvido pero no lo tiro porque lo quiero; papeles o periódicos, muñecas rotas o cajas de latón, ropa usada, ropa sin usar o ropa de la basura, despojos y residuos para unos, tesoros para las personas que padecen el síndrome de Diógenes o el trastorno de acumulación.

"Básicamente el síndrome de Diógenes o trastorno de acumulación se da en personas que tienen una dificultad muy grande de deshacerse o separarse de sus bienes y de sus posesiones, no importan el valor real que tengan, para ellos son muy importantes aunque al resto no nos lo parezcan", explica Ana Belén Santos-Olmo, psicóloga del Servicio de Apoyo Psicológico al Mayor en Aislamiento Social.

Madrid es precursora en la atención de este síndrome a través del Servicio de Apoyo Psicológico a Ancianos Frágiles con Aislamiento Social (SAP), una unidad que da una asistencia que va más allá de la simple atención a ancianos, ya que se ocupa de personas en situaciones extremas como es la dependencia funcional, en situación socio-familiar deficitaria, con trastornos cognitivos, y, en general, situaciones que llevan a la reclusión social.

Desde el SAP, un servicio que se enmarca dentro del Convenio de Colaboración entre el Área de Gobierno de Familia y Servicios Sociales, que depende del Ayuntamiento de Madrid, y el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, se ha analizado en una investigación la situación de los pacientes ancianos con este trastorno, con el objetivo de mejorar la atención a estas personas que sufren las consecuencias de la exclusión social, y, por otra parte, de la acumulación de basura.

Dentro de la población atendida por el SAP, el estudio muestra que un 21% presentaba acumulación en su viviendas, siendo las mujeres las más afectadas (65,4%) y la edad media 80 años. El perfil muestra que la mayoría no tiene hijos (77%) y viven solos (92%). Respecto al estado civil, un 54% son solteros, un 27% son viudos y un 19% están separados o divorciados. "Es curioso que no hay ninguna persona casada dentro del grupo de personas con acumulación, aunque han podido estar casado", explica Santos-Olmo a Europa Press.

Respecto al deterioro cognitivo, un 85% de la población estudiada no tiene deterioro o presenta un deterioro leve, frente al 15 por ciento que presenta un deterioro de moderado a grave. En cuanto a la presencia de algún trastorno mental, un 61% de la población presenta algún trastorno mental grave, siendo lo más frecuentes la presencia de sintomatología psicótica (24%), el abuso de alcohol (19%) y sintomatología correspondiente a trastornos de personalidad (16%).

No obstante, es complicado conocer de forma aproximada la población afectada por el síndrome de Diógenes y por trastornos de acumulación en España; se habla que de que el Diógenes podría afectar a hasta un 6 por ciento de la población, mientras que el trastorno por acumulación tendría una prevalencia del 4%, sin embargo no hay estudios que certifiquen estos datos.

Diógenes vs trastorno de acumulación

Los clínicos comienzan a dar al trastorno de acumulación una entidad propia más relacionada con el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Aunque las características de uno y otro son similares, lo cierto es que en el Diógenes la acumulación no se debe sólo a lo que la persona ha comprado, sino más bien a que no tira ni se deshace de nada, llegando a acumular basuras, desperdicios, restos de comida, etc.

Además, el síndrome de Diógenes estaría más relacionado con las personas mayores y la aparición de deterioro cognitivo, teniendo como consecuencias un mayor deterioro físico y aislamiento social. Asimismo, añade Eva Velázquez, otras de las psicólogas que forma parte del SAP, "la persona tiene nula conciencia de problema y niega su situación a pesar de que se le señale".

"Más que en lo que acumulan, la diferencia estaría en la conciencia de enfermedad que tienen", advierte Santos-Olmo, quien simplificando resume que el trastorno de acumulación tendría que ver con algo más ansioso o compulsivo, mientras que el síndrome de Diógenes se relaciona más con deterioro cognitivo.

Precisamente, este año la Asociación Americana de Psiquiatría reeditaba una de sus guías clínicas sobre los trastornos mentales donde se incluye como nueva categoría diagnóstica el Trastorno de Acumulación. Por su experiencia, las psicólogas destacan que en estos casos las personas pueden acumular cosas limpias o comprar cosas, mientras otros lo que hacen es no tirar y, por tanto, también acumulan.

Trabajo sobre el terreno

Velázquez recuerda que cuando se habla del Diógenes, dentro del trabajo que realizan, están hablando de un "perfil extremo ", y, por lo tanto, de una pequeña parte de la población con la que trabajan, sin embargo, incide en que el aislamiento social de las personas que acumulan provoca grandes dificultades para los afectados y su entorno.

Entre otras consecuencias, es común ver problemas de habitabilidad en la vivienda lo que origina caídas por obstáculos en la deambulación; aumento del riesgo de incendios, e imposibilidad de utilizar el mobiliario de la vivienda. Situaciones que les llevan a no poder dormir en la cama o cocinar en la cocina; y que, al vivir en un entorno insalubre, les puede llegar a rodear incluso con plagas de insectos o roedores.

Pero, pese a las consecuencias que esta forma de vivir tiene para las relaciones sociales o la salud, no reconocen que tienen un problema. "Nos han puesto excusas de lo más variopintas: que no es suyo, que lo han dejado sus nietos o que les hemos pillado cuando están recogiendo porque van a pintar o están haciendo obra; incluso una mujer negó ver la cucaracha que estaba andando por la mesa", explica.

Asimismo, generan malestar dentro de la comunidad de vecinos, debido a los malos olores, posibles plagas de insectos, riesgo de incendios, etc., y, en ocasiones, este malestar se traduce en denuncias por parte de la comunidad de vecinos en Servicios Sociales, en el Departamento de Salud Ambiental del Ayuntamiento de Madrid o en otros organismos oficiales.

Cuando esto ocurre o se tiene sospecha hay que notificarlo al Departamento de Salud Ambiental del Ayuntamiento de Madrid, muchas veces ya hay un conocimiento por parte de los Servicios Sociales. El trabajo que se realiza desde el SAP consiste en ayudar a la personas a reconocer el problema de modo que la limpieza sea lo menos traumática posible y evitar que ésta se repita.

"El usuario muchas veces firma el consentimiento para que se entre en la limpieza, en caso contrario se requiere más tiempo; una vez hecha la limpieza nosotras trabajamos hacia la aceptación de esa limpieza para que sea lo menos traumática posible y lo viva de una manera positiva, trabajamos en la línea de manejar las emociones negativas, siempre teniendo en cuenta que lo que para ellos son tesoros para nosotros es basura y que tienen la sensación de que se les ha tirado cosas valiosas", afirma Velázquez.

Al mismo tiempo, trabajan intentando prevenir que se repita esa conducta en el futuro, para ellos desde el SAP se les ofrece la ayuda que necesitan, y se trata de que tengan conciencia del problema y los riesgos que puede provocar en su salud. "También trabajamos en el entorno de la persona, a veces con familiares o con amigos y otras, también, con la comunidad de vecinos", explica Velázquez, quien recuerda que muchas veces ayuda a rebajar el estrés que genera esta situación y, por otro lado, desesgtimatiza al usuario evitando situaciones de rechazo en su entorno más cercano.

Pese a todo, Santos-Olmo admite que se trata de personas que reinciden en estas conductas y, pese a que se trabaja en la reeducación desde la conciencia de la enfermedad," vuelven a actuar de la misma manera".