La privación voluntaria del sueño, la alteración de los patrones de sueño/vigilia y las patologías asociadas al sueño que inciden sobre su calidad conllevan un mayor riesgo de patologías psiquiátricas como la depresión y la ansiedad, metabólicas, como un peor control de la diabetes, y contribuye a los factores de riesgo cardiovascular e incluso se asocia con un mayor riesgo de enfermedades inmunológicas.

Hasta un 80% de la población podría sufrir síndrome de sueño insuficiente

Según explica a Infosalus la doctora Odile Romero, secretaria de la Junta Directiva de la Sociedad Española del Sueño, la población no duerme las horas que debe dormir, es lo que se conoce como síndrome de sueño insuficiente, hasta un 80% de la población podría padecerlo.

El síndrome de sueño insuficiente se debe a condicionantes sociales y familiares que llevan a que se duerman menos horas de las necesarias "aunque lo vamos sobrellevando con el descanso en las vacaciones", señala la doctora Romero, jefe de Sección de Neurofisiología Clínica y coordinadora de la Unidad Multidisciplinar de Sueño del Hospital Universitario Vall d'Hebron (Barcelona).

Aunque la privación de sueño puntual es muy frecuente y no es causa de patología, la especialista señala que hay que alarmarse cuando afecta a la calidad de vida y al nivel del estado de ánimo y a la motivación.

Problemas de salud que ocasiona la mala calidad del sueño

Hacemos un repaso a algunos de los problemas para la salud que ocasiona la mala calidad del sueño y de cómo en muchos casos se trata de la pescadilla que se muerde la cola:

-Mayor riesgo de accidentes: la mala calidad de la vigilia asociada a no dormir bien repercute en un mayor riesgo de accidentes laborales y de tráfico, muchos de ellos con ésta como su principal causa, apunta la doctora.

-Problemas de crecimiento: la hormona del crecimiento se produce o libera en las primeras horas de la noche, por ello, la calidad del sueño en etapas precoces de la vida como la edad infantil y la adolescencia, es decisiva para un correcto crecimiento.

-Obesidad: los mecanismos de funcionamiento de la insulina son distintos a primeras horas de la noche que por la mañana. Se ha observado una tendencia a la obesidad en los trabajadores por turnos o nocturnos que tienen una ingesta de alimentos más importante durante la noche. La obesidad favorece la apnea del sueño y la fragmentación del sueño producida por las apneas favorece el riesgo de sufrir una diabetes, lo que conlleva también un mayor riesgo de obesidad.

-Depresión: igual que la privación de sueño favorece a la depresión, ésta favorece alteraciones del sueño. En patologías psiquiátricas es difícil en ocasiones saber qué fue primero si la falta de sueño o la depresión/ansiedad.

-Hipertiroidismo, anemia y asma: el hipertiroidismo favorece la aparición de insomnio; hay sustancias que alteran el sueño como ciertos medicamentos para el asma; la anemia, debido a la falta de hierro puede desencadenar el síndrome de piernas inquietas pero también puede provocar insomnio o hipersomnia.

-Reflujo gastroesofágico: la irritación en el tracto digestivo favorece la apnea y el reflujo a su vez también se ve favorecido por la apnea.

-Estrés: es otro pez que se muerde la cola, si estás eStresado te cuesta más dormir pero el mal sueño favorece más el estrés.